Capítulo 6

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Unas horas después Kuroo se encontraba solo en la casa de Kenma. El omega tuvo que irse a trabajar dejando así al alfa solo con todos esos papeles sobre la mesa, con todos sus pensamientos caóticos y llenos de culpa.

Kenma sabía que el alfa estaría así de roto, por eso lo dejó solo para que se calmara, pensara bien sus asuntos y no hiciera fuerza con su pierna. Además de eso... Tal vez, solo tal vez dejó la puerta de su habitación abierta para ver que sucedía... Sería un pequeño experimento.

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Por otro lado había dos omegas sentados en un pequeño sofá en uno de los departamentos más caros de la ciudad. El departamento de Tobio Kageyama. Ambos omegas miraban fijamente a aquellos alfas que no les quitaban la vista de encima, como si esperaran que huyeran para atacarlos...

—Shoyo ¿Por qué nos ven de esa forma? — Le susurro Akaashi sin apartar la vista de Bokuto. Ese alfa tenía algo en esa mirada...

—Llámame loco pero creo que nos van atacar. —

—¿Qué? — Y fue entonces cuando Akaashi pronuncio aquellas palabras que los dos alfas se abalanzaron sobre los omegas. Ambos chicos se sorprendieron y saltaron del sofá empezando a correr.

—¡Corre Akaashi! — Todos corrían por todo el departamento, Hinata y Akaashi saltaban o se metían por debajo cuando los alfas los acorralaban, se movían rápido pero con cada segundo pasando, se iban casando más y más.

—Shoyo no puedo. — Le dijo Akaashi deteniéndose en la cocina, Shoyo también se detuvo unos segundos.

—¡Ellos no quieren atacar, hay que correr!

—Muy tarde. — Habló una tercera voz tomando a Shoyo entre sus brazos.

—¡Suéltame lunático vegetariano!

Bokuto apareció detrás de Akaashi, tomándolo también por detrás.

—Si no te alteras como tu amigo, no saldrás lastimado. — Akaashi veía como Hinata pataleaba sobre la espalda de Tobio, quien lo tenía cargado y lo mandaba a callar.

—Iré tranquilamente. — Bokuto se rio y tomó la mano del omega, llevándolo afuera del departamento.

—Nos vemos Tobio...

—¡Hey, por qué debo ser yo quien cuide al inestable!

—¿¡Como que inestable!? — Replico Hinata.

—Suerte amigo, yo me quedo con el calmado.

Akaashi sintió sus mejillas enrojecer pero se golpeó mentalmente, aun el alfa no le soltaba la mano. Bokuto dijo algunas palabras más para luego cerrar la puerta e irse con el omega.

Después de la puerta haberse cerrado Tobio bajo a Hinata y se fue asentar en uno de los sofás.

Hinata miró mal a Tobio, continuamente le lanzó un cojín. —¿¡Por qué hicieron eso!? — Tobio levantó sus hombros. —Era una pequeña prueba.

Hinata enarcó una ceja. —¿Cómo que una prueba?

—Sí, queríamos ver que hacían acorralados en un espacio tan pequeño.

Hinata arrugó la cara. —¿Por qué? — Tobio rio secamente. —¿Por qué? Disculpa omega pero te recuerdo que acabas de meterte a una mafia, y si no estás mínimamente preparado morirás antes de que lo pienses.

Hinata no comento nada. Tobio tenía razón.

—¿Entonces fallamos?

—Mmm algo así, duraron más de lo que pensamos, tienes buenas piernas. — Hinata no quiso pero apartó la mirada instintivamente del alfa, eso no podía ser un cumplido del cual sonrojarse, por supuesto que no.

—¿Adonde fue Akaashi? — Preguntó el menor sentándose en el sofá que estaba enfrente de Tobio.

—Bokuto es el que está encargado del chico, no yo. Debe él entrenarlo y estar con tu amigo.

Hinata asintió lentamente. —¿Entonces tú me entrenaras?

Tobio sonrió. —Entrenar suena lindo, pero yo lo diría... Sobrevivir. Te enseñaré a sobrevivir omega.

Hinata tembló por un segundo... No le gustaba ni un poco en la manera en que Tobio hablaba.

—Si me intentas tocar un solo cabello, prometo dejarte sin herencia. — El alfa sonrió. —Esto será entretenido. — Tobio se levantó del sofá y se largó a su habitación, no sin antes informarle al omega donde dormiría y que sus cosas ya estaban ahí.

Hinata se acarició los brazos lentamente, intentando pensar bien lo que haría de ahora en adelante, era claro que su decisión fue una locura pero ¿Se arrepentía realmente? Lo sabría luego.

Minutos después Hinata se dispuso a dormir un rato, dirigiéndose así a la habitación que le indico Tobio, sorprendiéndose un poco por lo grande que esta era, todas las paredes pintadas de un color gris claro, una pequeña mesa al lado de la cama matrimonial y un gran closet donde efectivamente había ropa en ella. Además de eso, tenía un escritorio donde había una pequeña laptop, una lámpara y dos libretas.

Vaya... Tobio si sabía cómo recibir a alguien.

Acomodándose en la cama, se acurrucó sobre esta y quedo dormido completamente.

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La noche cayó y Kuroo aún no podía dormir, se sentía tan raro e inquieto aquella cama.

Kuroo no pensaba quedarse a dormir otra noche en ese sofá que por muy cómodo que se viera no lo era. Así que busco entre todas las habitaciones de Kenma una que estuviera disponible, encontrando una a unas tres puertas de la habitación del omega. Habitación que tuvo que cerrar porque Kenma la había dejado abierta dejando que su olor se escabullera de apoco.

Revisando el pequeño reloj que tenía al lado suyo, observó las horas, eran las 3am y él aun no podía dormir. Kuroo se pasó las manos por la cara, se levantó de la cama y se dirigió a la cocina para luego servirse un vaso con agua.

Le dolía la cabeza.

Joder que mal se estaba sintiendo.

Kuroo arrastró sus pies hasta llegar a esa habitación, no supo por qué, tampoco se lo quiso cuestionar en ese momento pero abrió la habitación del omega y como supuso, aun no llegaba e incluso como iba a saber si Kenma pasaría la noche en su casa o en otra de ellas.

Kuroo no le importo nada en ese momento, no se sentía bien. Quitándose su camisa, Kuroo se acomodó en la cama, presionó contra su cara la almohada que tenía todo el dulce olor de Kenma y cerró sus ojos.

Esperaba que el omega realmente no fuera esa noche para su casa.

Pero que equivocado estaba.

Alrededor de una hora la puerta de la cabaña fue abierta, dejando pasar aun cansado omega. Quitándose su chaqueta la dejó en uno de sus percheros, fue a la cocina para tomar un vaso con agua, dejó sus zapatos en la sala y luego se dirigió a su habitación la cual encontró cerrada sabiendo que la dejó la abierta.

Con una pequeña sonrisa, abrió la puerta, encontrándose con el gran cuerpo del alfa.

Que cuerpo tan deseable tiene Kuroo...

Sus pensamientos lo atacaban para que admitiera lo lindo que era el chico, pero Kenma se negaba a decirlo en voz alta. Quitándose su ropa para luego colocarse su habitual pijama se acostó al lado de Kuroo, observándolo detalladamente.

Su boca medianamente abierta, sus ronquidos suaves llenaban el silencio del lugar, y sus ojos se notaban hinchados, sus mejillas húmedas también. Kenma no pensó esta vez, solo acercó sus manos y limpió las restantes lágrimas del chico a su lado. Le acarició suavemente sus mejillas para luego, sin razón alguna, dejar un pequeño beso sobre su mejilla.

—Me das pena alfa... Quisiera dejarte ir como la otra vez pero como te lo dije antes, ahora eres mío... Y yo cuido lo que es mío. — Le terminó de susurrar antes de acomodarse para dormir.

Kenma se estaba quedando dormido cuando sintió unas manos pasarse por su cintura y pegarlo más a él.

Kenma sonrió y después de mucho tiempo sin hacer tal cosa, se sonrojo.

Aspirando el fuerte olor de Kuroo, se quedó dormido.

Omᥱgᥲ // KᥙrokᥱᥒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora