Capítulo 16 🖤

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¿Cómo? Sospechaba que pudiera ser él, pero no pensé que ambos serían la misma persona. Mejor no saco conclusiones precipitadas.

— Perdón ¿Quién eres? —sonríe ante mi pregunta confusa.

¿Es qué acaso está sordo o qué?

— ¿A caso no es obvio? —niego con la cabeza. — Soy el qué te conoce, pero tú no tienes una puta idea de quién soy, hasta ahora que me presento.

Ahora soy yo quien sonríe, miro a Jazmín y sigue confundida.

— ¿Me estas diciendo que eres el chico misterioso, y a la vez el idiota de la fiesta? ¡Genial! ¡Woah! ¿Dónde están las cámaras? Ya pueden terminar con la broma. —volteo pero, alguien me coje del brazo.

— No es una broma, Emili. Me llamo Javier. Mi apellido es Delmón ¿A caso no te acuerdas de mí? Intenta recordar.—se apellido me suena.

Ahora que lo dice. Sí, su madre iba a mi casa todas las tardes con él. Pero ahora está bien cambiado.

Mi madre y la de él eran buenas amigas, hasta que se mudó a otro país. Desde entonces nunca supe nada de él. Y eso paso hace años, cuando tenía 9 o 10 años.

— Si ahora recuerdo, te mudaste y no nos volvimos a ver más. Pero estás...

Me interrumpe: —Diferente, lo sé, he cambiado mucho. Pero tu también, la última vez que te ví no tenías el cabello azul.

Sonreí ante su última frase. Iba a responder pero suena el timbre salvándome, de decir cualquier estupidez. Estoy un poco nerviosa.

¡Es el mismo chico que le dije que solo le gusta llamar la atención! ¡Doble mierda debo pedirle disculpas!

— Em, debemos entrar. —asiento, y nos volteamos para entrar, pero su voz nos hace detenernos.

Ahora que lo pienso mejor, el tonto este con aires de misterioso solo quería llamar mi atención, y bien que lo hizo.

Para nada te quejas, eh?. Con lo bueno que está. —mi conciencia se burla ahora.

— ¡Hey! Me pueden ayudar. —suspiro. Jaz me mira picaramente entrando al salón mientras yo voy hacia él.

— ¿Sabes qué salón te toca? —cuestiono a lo que el me entriega un papel.

— Pero sí estas en mi aula. Vamos es por ahí. —señalo a la izquierda, y entro primero. —No sé que clase de maldición o brujería es esta. —terminé murmurando para mi misma.

>> Digamos que una muy buena maldición. Si no lo quieres ¿Me lo puedo quedar? <<

¡No! ¡Somos la misma tonta!

>> Eso debería catalogarse como ofensa. Con lo guapo que está! Ni lo recordabas. Yo recordaría a alguien como él donde sea. <<

Ofrecida. Por suerte yo soy quién manda y tu solo eres la voz de mi conciencia.

— Gracias. —me susurra logrando sacarme de mi discución mental.

Algo me dice que esto será para largo. El profesor entra y tomo aisento al final del salón, Jaz se sienta a mi derecha y me mira preguntándome ¿Qué pasó? Le di una mira de luego te cuento. Sonríe y yo le saco mi dedo del medio.

Después de que el profesor nos da una bienvenida y a la vez advertirnos de que debemos estudiar mucho este año sino queremos repetirlo, salgo con Jaz a la cancha de básquet a comer comida chatarra.

— Vamos cuentame ¿De que hablaron? — toma asiento a mi lado y me extiende un vaso con jugo.

— De nada, solo le ayudé a entrar al salón. Estoy empezando a creer qué, el universo si gusta de él. — suelta una carcajada y yo solo como mientras hablo.

— Em. Tina tenía razón si ahora es cuando el decide mostrarse quién es, y decirte su nombre es porque le gustas. — me atraganto con mi propia comida y empiezo a toser.

— ¡Ayuda! —grita Jaz, yo solo se toser y ponerme colorada de seguro.

Entra un chico corriendo pero no lo veo muy bien. Me ayuda a soltar lo que estaba comiendo y bebo de una botella de agua que trajo Jaz.

Y ya estoy mejor. ¿Quién se atraganta cuando tu amiga te dice que él chico más sexy de toda la escuela le gustas? Si, solo yo.

— Gracias. —digo mientras me volteo y mierda.

¿Es que no hay más chicos en esta escuela o qué?

— De nada. Pensé que te ibas a morir, te pusiste muy roja.

— ¿Si? —asiente, miro a mi amiga la cuál también lo hace. Suspiro es ahora o nunca. —Lo siento, por lo que te dije en la fiesta. Estaba borracha y no sabía lo que decía.

— Dicen que los borrachos siempre hablan la verdad. —entrecierro mis ojos, confundida. —Tranquila, estás perdonada.

— Gracias ahora me siento mejor. — sonrío y me sonríe.

>> Que guapo y sexy es... <<

>> Sí tienes toda la razón. <<

¿Eh? ¿Yo pensé eso?

¡Por dios! Contrólate Emili.

— Te debo algo. —mierda estoy empezando a ponerme nerviosa, saca una cajita de su pantalón y me la extiende.

¡Dios ayúdame! No quiero desmayarme.

Desvelando ÉL Misterio ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora