Three Kingdoms Of Korea 2- Kim Taehyung

𝟸. 𝙿𝚛𝚎𝚙𝚊𝚛𝚊𝚝𝚒𝚟𝚘𝚜 𝚢 𝙳𝚎𝚕𝚒𝚛𝚒𝚘𝚜

Las semanas consecutivas a ese día se volvieron cada vez mas catastróficas.

Empezando con su padre; que no dejaba de gritarle a todo el que se cruzara por su camino. Y termino haciendo llorar a una de las amas de llaves más veteranas y de carácter poco quebradizo, que han habitado en el castillo. Sin contar que, su madre, se a pasado los días y las noches encerrada en su habitación desde que su mesita del té fue destruida a manos de su temperamental esposo. Y Sean, su buen y leal Sean. Ha preferido con agrio pesar, llevarse todas sus botellas de licor a su alcoba mientras arrastraban los pies y maldecía en todas las lenguas que reconocía los gritos de su padre. En vez de estar sentado en la salita común disfrutando de las vistas de fuera como usualmente gustaba gozar.

Su primo más joven le fue prohibido salir a jugar más con los niños hijos de la servidumbre a los guerreros. Y en cambio. Lo pusieron a estudiar herbología y el cuidado de las especies medicinales de las plantas.

Taehyung apenas y descansaba. Por las mañanas tenía que salir a hablar con los generales de cada distrito y sus generales para darles indicaciones después que le informaran las nuevas noticias respectivamente hablando de las nevadas intensas que abaten a los pueblerinos. Y darles indicaciones de inmediato es parte de las reuniones. El pensar en frío y decir ordenes espontáneas nacidas del cautiverio de principiante de su cabeza, ha sido una de las tareas mas complicadas de Taehyung hasta el momento.

No sabía decidir en ese instante que era lo mejor o, por el contrario. Que sería soluble para acudir.

Después, según su agenda. Se determinaba a sostentar su tarde en visitas y negocios con otros países y nuevos repúblicas, aparte de revisar los estados económicos del país para los siguientes meses. Se reunía con soldados, reyes, príncipes, emperadores, gente de su gabinete. Y eso era sin detenerse hasta bien entrada la noche.

Sin contar que, dormia leyendo las nuevas problemáticas que había que buscarles solución. A todas esas cosas que su abuelo, el antiguo Rey había dejado sobre su lomo. No podía tachar de su lista nada. Todo seguía en un "veremos" o "no se ha visto resultado esperado". Cada vez, Taehyung dormia y comía menos.

Y para empeorar las cosas. Las semanas fueron pasando con tal rapidez que no supo en que momento empezaron las amonestaciones de su padre sobre loa preparativos de la bienvenida de las muchachas a desposar.

Eso sumaba a Taehyung, otro dolor de cabeza insufrible.

—Te digo que lo detengas ahora, Taehyung. No queda más que una semana para que esas mujeres vengan a vivir por tres meses bajo tu techo. Y ese hombre lo único que hace es proclamarse como señor y dueño del palacio. ¡Nadie lo soporta! No dejes que tome tu lugar. No lo permitas. —Le decía Sean escupiendo las palabras en un exagerado movimiento de manos y mirando a su primo con aprensión.

—¿Y que puedo hacer? —repondió el chico después de soltar un suspiro. Tenía una junta con el secretario de ganadería, y la tuvo que posponer para el día consiguiente porque Sean deseaba hablar con él. Le paborreo la puerta hasta que Taehyung le abrió. —Tengo demasiadas cosas que hacer Sean. No puedo estar en dos sitios a la vez y...

—¡No lo entiendes, carajo! —se puso de pie soltando un manotazo a la mesa. Eso hizo que su primo diera un brinco. Pero a pesar de ver eso no se contuvo —¿De que sirve que te mates el día y la noche aquí trabajando, si al final de cuentas todos ya estan creyendo que el que tiene el poder y es el que mueve a este país es tu padre?

—¿Cómo dices? —fruncio el entrecejo.

—Como lo oyes. Ahora todos creen que te encuentras siendo el títere de HaNuel y el verdadero hombre que debería estar sentado en el trono, es él. —fulmino a Taehyung con la mirada como si el que hubiera dicho semejante disparate fuese él mismo. Pero lo entendía. Sean aborrecía la simple idea que su tío sea el dueño de algo. Aunque sea de si mismo.