10.- Secretos entre las telas

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Taehyung se paso las manos por el rostro con una angustia permanente sobre duras facciones. ¿Cuál era el plan a  partir de este instante? Conocer que la gente que no se fiaba de sus capacidades participaban en una lista que crecía sin detenerse? Las dudas y los temores sobresalían vez como una fogata recién encendida aumentando con fervor sobre su cabeza.

Cuando su abuelo enfermo gravemente durante un viaje al imperio Chino en la primavera del año anterior, a tal grado de no poder dejar la cama en días, la especulación acerca del buen desenvolvimiento de Taehyung como rey dejaba dudas entre las regiones.

Muchos dudaban, con grandes motivos que el nieto heredero no sería tan buen gobernante. Taehyung nunca fue un chico sociable o allegado con el pueblo. Nunca se bajo de los carruajes a saludar o darles la mano a los hombres y mujeres que se amontonaban para ver mejor a la familia real. Tampoco se asomaba por las ventanillas a agitar la mano hacía ellos.

Siempre se quedaba detrás de su madre, escondido entre sus faldas cuando visitantes se acercaban a saludarlos. Su rostro se ponía del rojo de los rosales que crecían en el sur y sentía tanta vergüenza que ni la voz le brotaba cuando los amigos de sus padres le decían cumplidos o le preguntaban por sus estudios.

Siempre se mantenía con la mirada gacha, no hablaba y buscaba regresar a casa temprano para no salir de su habitación en días. La ansiedad social aumento cuando a los once años, la hija de uno de los amigos de sus padres le dió un beso en la mejilla después de la insistencia de los mayores porque se saludaran.

Ahí le dio el primer ataque de asma.

El miedo al genero femenino. Y gracias a eso, la llegada de Mangi a su vida. 

Después, las malas lenguas decían que el heredero estaba loco. Decían que no tenía voz porque era mudo. Decían que no hablaba con nadie porque no era un chico normal, si no un marginado con alucinaciones y un chico descarrilado. Ni siquiera era extremadamente inteligente para poder atribuirse el puesto de rey. O tan siquiera un guerrero valiente que defendería su trono a capa y espada, ya que ni siquiera se había enlistado a la armada. Nadie consideraba a Taehyung un buen rey y menos con los problemas de las nevadas que había más en el norte.

En ese instante, la duda creció ¿Si era verdad? ¿Si no estaba realmente preparado para eso? Mucha gente no creía en Taehyung, tal vez era porque las especulaciones eran ciertas. Y no era apto para el trono. Tal vez... debía de revocar su puesto. Tal vez otro lo haría mejor. Tal vez debía dárselo a su padre. El miedo le cerraba la garganta y se sentía desorientado a la vez que solo.

Frente a él se encontraba el consejero, el general, algunos soldados de alto rango que tienen participación política debido a sus rangos y contribuciones al país, también estaba su padre y Sean. Todos se encontraban en silencio, cada uno con una tensión palpable en sus rostros. Nadie estaba cómodo con la noticia ni mucho menos tranquilo. Taehyung los observo un momento. Ellos estaban ahí por él y en busca de una solución. Se suponía que todos los de la sala apoyaban a Taehyung. Pero después de oir la desagradable noticia sentía que solo estaban ahí por el poder inigualable que aún tenía su nombre.

Por un título que aún cargaba sobre la cabeza en forma de corona.

No porque ellos eran leales a las capacidades y destrezas de Taehyung. No porque lo encontraran un lider nato e inteligente. Mucho menos por su valentía y su forma de encarar las situaciones difíciles. Todos sabían que cualquier ciudadano podría ser mas fuerte, sensato y mas capaz que el mismo nieto del gran rey Kim. Se sentía desdichado,

¿Cuanta gente de esa casa deseaba realmente que Taehyung sea Rey porque confían en él?
Con una opresión ardiente en el pecho que dolió hasta quedarse sin aire en los pulmones; acepto su terrible destino confesandose así mismo la verdad que nadie le dice.

Three Kingdoms Of Korea 2- Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora