12. El adiós pt2.

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—¡Tae! Cielo, porfavor escuchame.

Iba directo a su habitación para cambiarse de ropa por algo más comodo antes de seguir trabajando durante la noche con el general y el consejero Lee.
Su madre lo llevaba persiguiendo desde que ambos dejaron el comedor aquella tarde. Se logró salvar la primera vez porque el general Guinj-Soo estaba fuera del comedor esperandole para ambos encerrarse en la oficina de Taehyung y hablar de Sean.

Estaba ocupado con la marcha de sus dos primos, las amenazas de los alcaldes y el la busqueda de una esposa. Las palabras de su madre no lo iban a reconfortar esta vez. Por el contrario, solo ocasionarian que se sintiera como un niño debil del que aún necesita consuelo de su madre en los tiempos tempestuosos. Le daba pena ser de esa forma con la mujer que le ha dado apoyó y amor incondicional a pesar de no ser el hijo predilecto perfecto que ella y su padre ansiaban. Sin embargo, ahora no quería ser el niño de mama.

Tal motivo lo ha llevado a huir de ella cada vez que se la encuentra. Pero esa vez, no ha tenido suerte.

—Madre, no tengo mucho tiempo. ¿Te parece tomar el té juntos mañana y...?

—No Taehyung, quiero que me oigas ahora. —Dijo corriendo por detrás de el con la voz cansada y aerosa. Taehyung hizo una mueca que ella no veía mientras se desabotonaba los gemelos del saco.

—Mamá... No es que no quiera oírte, pero no tengo tiempo de lamentaciones, estoy bien, te prometo que estoy bien con todo lo que esta pasando. — Se volteo a verla sin detener la marcha y lo que vio en los ojos de su madre no era el consuelo y la angustia de su hijo que era tan diaria en el bello rostro de su joven madre. Si no, lo que halló fue la determinación en sus pupilas.

Estaba a un paso de su habitación cuando decidió detenerse al ver a su madre. Entonces la puerta de su alcoba de abrió y Mangi salió con la ropa de cama del Rey que iba a lavar. Se detuvo enseguida al ver su señor y a la princesa casí delante de la puerta, ambos se voltearon a verla y lo que había era solo una mirada tranquila de Taehyung y una mueca de disgusto de su madre.

Mangi miro al suelo con las mejillas abochornadas por la vergüenza, les reverencio antes de salir a paso apresurado de ahí.

—Vengo a cambiarme de ropa, pero te escucharé mientras tanto. —dejo pasar primero a su madre a la habitación y cerro la puerta quitandose el saco y el chaleco a juego que Mangi le devano con esmeró. — Dime madre, que querías decirme.

Los ojos de su madre estaban fijos en el alfeizar de la ventana que daba al jardín trasero.

—Esa niña, la protegida que aún sigue bajo tu tutela. Esa pupila sin escrupulos que de ser hija de un don nadie termino como criada principal del Rey. —lo miro sin brillo —¿Cuánto tiempo piensas tenerla? En que momento podre ver como se marcha de mi casa.

—Madre... —Taehyung sintió tristeza por las crueles palabras de su madre hacía Mangi. Que no era una pupila para él. Era más. Mucho más. Su mejor amiga, como la hermana que no tuvo. Su confidente. —Mangi no es un saco de basura al que tiras cuando no sirve. No son las esces de las mascotas. Es una persona, y no me gusta que te expreses así de la gente.

—Yo no me expresó así de la gente. Solo de esa niña. No me gusta Taehyung... Hazme caso, solo traerá problemas en el futuro si la sigues mantenido firmenente a tu lado.

—¿Qué problemas puede hacer Mangi, madre? —dijo ahora aflijido, se quito la camisa y fue por una de las que usa para dormir. —Lleva años aquí, y jamás ha dado de que hablar. Siempre ha sido diligente con su trabajo y humilde para el puesto que carga.

—¡Eso es porque no tiene derecho de sentirse superior a nadie! —le dijo enfadada del solo pensar a esa niña tomando una actitud poco favorable —es solo una chica con la mejor suerte del mundo, ¡Suerte, Taehyung! No es que ella sea buena, o que se ha esforzado por el puesto. Solo es suerte. Las demás criadas sus familias han estado aquí por generaciones, y lo justo sería que así como sus abuelas, sus bisabuelas y sus madres atendieron a su abuelo y a los reyes pasados, ellas también te sirvan a ti. —Se ajusto el vestido y empezo a caminar por la habitación empezando a jugar con los dedos de sus manos de forma intranquila y ansiosa —de la nada llega una niña sin educación, sin preparación, sin nada que ofrecer ¡y tu abuelo la tiene que mantener en su casa de forma obligatoria!.

Three Kingdoms Of Korea 2- Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora