Three Kingdoms Of Korea 2- Kim Taehyung

16. La dueña y la Jefa. Pt1.

Lady Dong se encontraba en un pequeño cuartito largo y del ancho de una cama matrimonial en el que había una fila de sillones y asientos como para aún auditoria. No había ventanas, ni estantes, tampoco cuadros. Solo insípidas y solitarias sujeta velas posadas en las paredes con sus respectivos objetivos puestos y encendidos en ellas. En frente de ella y la fila de sillones, se encontraba lo único resultante de la larga habitación, y era un gran Marco de vidrio frente a ella.

Su llegada a ese sitio no había sido en absoluto una sorpresa para ella, suponía que habría una investigación después del atrechado y cuando un soldado real interrumpió en la habitación donde Mangi y ella se encontraban, no dudó que era para eso mismo. Solo que no comprendía del todo el porqué estaba en esa habitación, ¿Que podía ser de ayuda ese lugar en todo eso? ¿Le irían a interrogar? Si era así, ¿porqué ahí? ¿Desconfiarían de ella?...

Tampoco era tonta como para preguntarle a alguien de los guardias con los que se cruzo. Ni al que le mando a llamar y la guío hasta ese punto, ni al que la espero dentro y ahora estaba en el fondo de la habitación haciendo guardias como si la vigilara a ella más que para protegerla. La única orden que le dieron al llegar fue tomar asiento y esperar ahí, pero después de un tiempo los nervios empezaron a hacerle estragos en su cabeza.

Hasta que la puerta volvió a abrirse. En ese momento entraron varios señores y atrás de ellos el Rey, a lo que en un acto inmediato Lady Dong se puso de pie, como si el sillón de repente tuviera filos de tornillos incrustándose en su trasero. Tras el Rey entraron un equipo enorme de guardias.

—¡Su majestad! —reverenció al hombre que caminaba hacía ella por delante de la fila de muebles con sorpresa —no se porque me han traído señor, pero responderé cualquier duda, sugerencia o pregunta que quiera hacerme. Seré tan maleable como la nieve de estas tierras —dentro de todo, estaba haciendo una broma. Algo a lo que a Taehyung le sorprendía y le agradaba, era la facilidad de Ae-Ri para convertir todo lo malo en un chiste, la facilidad de habla, su relajado andar y compostura con él. Como si fueran dos iguales y no un Rey y una muchacha común en frente de él.

Observando a Lady Dong en frente de él. Revisando que en efecto, no hubiera tenido ningún daño físico a pesar de saber que no estuvo presente en el altercado; Taehyung pensó que en realidad, no había nada común en una mujer tan hermosa como Lady Dong. La oscuridad del cuarto debería en efecto y por naturaleza hacer que su cabello azabache se vea opaco y se camuflaje con el fondo, si embargo, era lo opuesto. Parecía más negro y resaltaba como un pelaje casi fantasioso de lo sublime que era.

Ademas que la blancura de su piel era como la de un ángel. De nuevo, la belleza de Lady Dong domo el primer día le dejó sin aliento. Era simplemente ilustre que un ser humano tan pequeño y y femenino luciera así. Las mejillas de Taehyung se tiñeron y en ese instante Lady An entró a la habitación. Lady Dong no pudo evitar mostrar su asombro al ver a su amiga ahí.

—Señorita An, ¿Usted también viene?

—Eso parece —dijo con las mejillas rojas mirando de soslayo al Rey. Pero en ese momento los ojos de Taehyung solo mostraban interés, preocupación, admiración completa al ángel de esa habitación. Ese ángel humilde que salió de los escombros del Reyno central y había llegado de azar a sus manos. Lady An aparto la mirada de inmediato, y el efecto de decepción y un sentimiento similar a alguien apretando el órgano de su corazón con fuera y sin piedad llego en cambio.

A la par que en su mente había una pequeña voz que le susurraba que no debía sorprenderse. No era más carismática que ella, ni más bonita tampoco, ni tenía más motivos que estar ahí que ella. Lady Dong será pobre, pero era notorio que tenía el interés absoluto del Rey. Y Lady An la única oportunidad que tuvo de estar cerca de él no había sido propuesta, había sido un completo infortunio del destino.