cinco

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Leah Denbrough.

Podía escuchar los pasos de Steve acercándose a nosotros, y me dí cuenta que ya estaba detrás mío porque Georgie lo miraba fijamente y un brazo de JungKook reposaba sobre mis hombros. Por poco no podía sentir la típica gotita de sudor bajando por el costado de mi rostro, estaba más humillada que otra cosa, pues ni siquiera éramos novios y ya le metí los cuernos con otro.

⎯ Hola, ¿Necesitas algo?⎯ le preguntó educadamente Marcos al pelinegro que sonreía divertido, pero lo disimulaba con su tono falsamente amable.⎯ Oh, hola Georgie.

Mi hermano simplemente le mostró una pequeña sonrisa como saludo y siguió jugando con mi celular. Quise golpearlo por lo mal educado que se veía, podía entender que le caiga mal Marcos por motivos totalmente infantiles e idiotas pero una cosa era que le caiga mal y otra era ser un mal educado sin siquiera saludarlo bien.

⎯ Un gusto, soy JungKook, regresé a mi pueblo y recién me estero que abrieron está heladería.⎯ habló con cortesía.⎯ Quería preguntarte, ¿Me recomendarías algún gusto de helado para llevarle a mi madre?

Marcos se alejó para después volver y dejar la carta de gustos sobre nuestra mesa. Al parecer aún no me había notado, y es que estando de espaldas tampoco era muy reconocible, es decir, hay millones de chicas castañas en Derry, además de que estaba sentada con buena postura a propósito, no estaba orgullosa pero digamos que mi postura no era la mejor así que estar derecha era algo que claramente yo no hacía.

De reojo veía como JungKook analizaba la carta, leyendo cada sabor de helado. Sabía que estaba haciendo perder el tiempo porque no teníamos otra cosa que hacer. Yo por dentro le rogaba que nos vayamos ahora mismo sin que mi amigo con derecho se dé cuenta de que estaba con otro chico, sería algo además de humillante, tedioso. No estaba con ánimos de discutir por una infidelidad que en realidad no lo era porque nunca le prometí ser fiel toda la vida.

Marcos nunca fue celoso, o al menos no en exceso, y si bien eso era algo que me gustaba ahora sabía que iba a lastimarlo. A ver, tampoco estaba besándome con JungKook o algo, podía decir que simplemente era una salida de amigos, pero conociendo lo celoso que es mi amigo de la infancia era capaz de decir que hasta estábamos casados y esperando gemelos, con el simple objetivo de hacerme pelear con Marcos y tenerme solo para él, como hizo toda nuestra niñez.

Nunca fui empática, verdaderamente los sentimientos ajenos a los míos mucho no me importan, pero ahora me ponía un poquito en el lugar de mi amigo con derecho y si yo lo encontraba con otra chica que tenga la misma personalidad extraña que JungKook me sentiría mal.

⎯ »Creo que a mi madre le gustará los frutos del bosque.⎯ dijo después de unos minutos que yo los sentí eternos. Me miró con una sonrisa sádica y habló nuevamente.⎯ ¿Tú qué dices, muñequita? ¿A mamá le gustará ese sabor?

Yo me límite a asentir mientras mordía mi labio inferior, hasta reteniendo la respiración por si Marcos se daba cuenta que era yo. Sí, muy paranoica, pero de igual manera no quería que nos encuentre, no era que me iba a matar o algo por el estilo pero simplemente...que no me vea, solo eso pido.

Porque aparte de como se iba a sentir mi novio también sabía que el rumor de que yo lo haya "engañado" se iba a esparcir por todo Derry y sinceramente no tenía ganas de andar viendo como me señalaban por infiel, y tampoco quería que a Marcos le hagan burlas por cornudo, podía ser mala pero tampoco tanto.

⎯ ¿Por qué no hablas, Leah?⎯ me preguntó Georgie. Levanté la mirada y lo fulminé con la misma, el menor se encogió un poco en su lugar. Solté un suspiro cuando escuché la voz de Marcos.

⎯ ¿Leah? ¿Qué haces aquí, amor?

Me dí media vuelta y miré a mi novio con una pequeña sonrisa. Él tenía las cejas fruncidas representando confusión y a la vez algo de desilución. Estaba por hablar pero me ganó el pelinegro.

Work| jjk. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora