veintiuno

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Leah Denbrough.

Al momento de escuchar ese nombre, el de la supuesta chica que era amiga mía en nuestro insignificante grupo de tres, una llama de esperanza había crecido dentro de mí pero a su vez se había apagado, estaba muerta. Sabía que podía ser otra Jasmine, no es la única que existe en el mundo y menos teniendo el nombre de una princesa de Disney, deben existir más madres locas como la de mi ex amiga que era fan de esas películas, pero algo dentro mío, quizá ese presentimiento que siempre tomé como estúpido o como una señal de ansiedad, me decía que era la misma Jasmine en la que yo pensaba. No iba a llorar tampoco, no le tenía el suficiente cariño para derrumbarme ahora mismo y menos después de haber tenido un evento traumático como lo es una violación, pero sí me hizo pensar que no era coincidencia de que Jasmine, yo, y según oí el otro día, Maia estemos metidas en esto.

Imposible que el grupito de tres esté involucrado con psicópatas solo por casualidad.

Levanté mi vista y la expresión de JungKook me confirmó de que no debía escuchar eso, pero a su vez se me hacía extraño porque si retrocedía al día en el que escuché que Maia estaba incluida en esto extrañamente ellos hablaban en mi idioma natal, el inglés, siendo que podían hablar en coreano porque yo no lo hubiera entendido en ese tiempo. Al parecer, el hecho de que yo sepa que Jasmine estaba muerta era algo que no estaba incluido en los planes de Jeon y ahora entendía porqué tenía los ojos cerrados con fuerza y suspiraba como perro rabioso, me provocaba miedo porque no sabía qué reacción podía tener conmigo, es decir, si abusó de mí una vez podría hacerlo de nuevo, y esta vez me defendería hasta el final sin importarme quedar muerta en el intento, ya estaba en un punto que la muerte no me asustaba en lo absoluto y hasta lo deseaba para salir de todo este lío en el que me metí solamente por ser una interesada.

El karma pega fuerte.

⎯ Es la Jasmine que yo conozco, ¿No es así?⎯ hablé y JungKook solo me miró con seriedad, tal vez pensando qué excusa meter o cómo arreglar sus maléficos planes estrictamente organizados.⎯ Jasmine Minrouh está muerta.

Y ya ni siquiera lo preguntaba, lo afirmaba.

⎯ No te encuentras estable para saber esas cosas Leah.⎯ se limitó a responder, ambos ignorábamos los llantos lamentables del chico que había asesinado a mi amiga. Empujó la bandeja que contenía un plato de comida que me había traído.⎯ Come.

⎯ Respóndeme, JungKook.

⎯ No hagas una pregunta de la que no quieres saber la respuesta.

Él se levantó y se dió media vuelta para caminar a la salida, dejándome ver su espalda sucia con sangre y eso me provocó un escalofrío. Cuando se marchó por completo muchas preguntas empezaron a rondar por mi cabeza, ya estaba más que claro que era la misma Jasmine que yo conocía, y sí mal no recordaba, TaeHyung consoló a HoSeok, cosa que no me sorprendía porque ella y él eran compañeros en la estación de policía y amigos fuera de la misma, por ende, eran cercanos. Pero aún así, habían muchas preguntas sin respuesta; ¿Dónde está Maia? ¿Por qué las tres estamos (estaba Jasmine) involucradas en esto? ¿Qué quieren hacer con Maia y conmigo? ¿Seguiremos vivas? ¿Ella es consciente de todo lo que me está pasando a mí en este mismo instante? ¿Por qué asesinó a Jasmine si supuestamente eran amigos? ¿Desde un principio Maia y Jasmine sabían lo que ocurriría y por eso vinieron a Corea del Sur?

Joder, me explotará la cabeza.

Revolví mi comida que era arroz con pollo y un vaso de jugo, decir que estaba aterrada de que la comida tenga alguna clase de somnífero era poco, como toda idiota no le dije a Jeon que lo coma el primero para asegurarme de que no tenga nada, aunque siendo realistas...él tiene todo planeado, podría haber sabido qué parte no tenía alguna clase de veneno y hacerme caer como una tonta. Suspiré dejando el plato a un lado mientras sostenía mi cabello, moría de hambre y hasta podía escucharlo rugir por comida, lo que más se me complicaba era el olor tan exquisito que desprendía pero mi mente me rogaba que no pruebe ningún bocado. Lo único que me hacía no querer comer era recordar los momentos previos al abuso, porque me producía tanto asco y enojo que quería vomitar la nada misma que tenía en el estómago, porque ni siquiera tenía una gota de agua, y ese jugo de naranja se ve tan...

Work| jjk. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora