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Capítulo 17

—Levana.

Giro mi cabeza para ver a Leroy llegar hasta mí, ¿qué hace aquí él?

Este fin de semana he tenido trabajo, una sesión de fotos para una revista de moda local, de nuevo tengo el honor de trabajar con Mauro en mi maquillaje y un nuevo pasante de moda llamado Rick.

—Hola.—le dije amable.

—Tanto tiempo sin verte, Abby.—dice sonriendo.

Tuve que decirle mi nombre cuando casi me funan en la red social por andar con él, después no daba con mi usuario.

—Ha pasado una semana, no seas exagerado.—conteste arreglando el vestido que traigo puesto.

La sesión de fotos es en la playa, tengo puesto un vestido de color rojo con bastante tela suelta, mi cabello vuela por el aire y el maquillaje es suave, querían un estilo delicado y muy playero. En cambio Leroy, tiene un pantalón de lino blanco igual que su camisa y sin zapatos.

—Sigue siendo demasiado.—me guiña el ojo.

Hago un ademán con la mano restandole importancia.

—¿Y qué haces aquí?—le pregunto curiosa.

—¡Leroy ya esta aquí!—dice el fotógrafo.—Levana, él va a trabajar contigo esta sesión.

Asiento lentamente mientras el aludido sonríe de forma majestuosa, bueno por una parte trabajaría con alguien que me conoce demasiado, por otro lado, no me gustaba ya que nos van a relacionar aún más.

—¿De pareja playera?—pregunté rodando los ojos divertida.

—Sí, si tu quieres, sabes que por mi no hay problema.—me guiña un ojo.

Frunci mis labios mientras iba a mi lugar para comenzar con las fotos. La sesión se volvió divertida cuando comenzaron a bromear sobre nuestra relación, aunque no muy divertido tampoco pues querían que nos besaramos, cosa a la que me negué absolutamente, una cosa es estar con tragos encima y besarlo, otra cosa es estar sobria y besarlo. Aunque insistieron me negué. Podía fingir muy bien con una cámara delante, había química entre nosotros, pero no ese tipo de química que desearía tener con mi pareja. Cuando las luces se apagan, la cámara deja de tomar fotos, volvía a ser yo, la chica tonta que llora por su mejor amigo, la chica que ama a una persona que no la ama.

—¿Dónde vas?—Leroy me detiene por la muñeca, lo miro frunciendo el ceño y me suelto.

—No es tu problema, si me disculpas.

—Nos podemos divertir, vamos.—volvió a sujetar mi mano.

—No quiero, así que déjame.—me solté de su mano una vez más saliendo de la carpa donde nos habíamos cambiado cuando termino la sesión.

Yo ya me había cambiado igual que él, y quería irme a casa pronto, no quiero estar más aquí.

—Podríamos ir a una café cerca de aquí, y después te dejo ir donde quieres, vamos.—dice siguiendome hasta mi auto.

Suspire abriendo la puerta, antes de entrar me giro para verlo.

—Bien, te sigo.—dije dándole pase verde.

La cafetería está demasiado cerca pero no iré en el mismo auto que él, no me confío demasiado ya que las cosas no han sucedido como he querido. Llegando a la cafetería pedí una dona de vainilla y un licuado de oreo, tenía ganas de tomar algo dulce y también de comer algo dulce, no me quede con las ganas y pedí eso. Leroy pidió un te helado de matcha y un pastel de limón. Nos sentamos en una mesa donde todo el mundo nos podía ver, así no hay nada que decir o noticia bomba.