Capítulo 18

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Abrí los ojos adaptándome al sol que entraba por los ventanales, vi la hora.

6:55 a.m.

Es demasiado temprano para despertar siendo fin de semana, hoy tengo día libre y como mi madre ha salido de viaje con Sam, papá me ha dicho que quiere que conozco a mi hermano para no pasar el día sola en el departamento, por eso vendría por mí en un par de horas más. Al principio fue difícil aceptar que ya no soy la única y que en un futuro muy lejano él estará al mando de todos los negocios de mi padre, con el paso del tiempo acepte que es mi hermano, sangre de mi sangre y he querido conocerlo. Para bien o para mal, él es mi hermano. Lo quiera o no.

Me levanté, después me di una ducha y me vestí, baje las escaleras para preparar mi desayuno, papá pasaría en breve por mí.

Miro mi teléfono mientras desayuno en la barra, me encontré con fotos de ella y él, ambos sonrientes y disfrutando de su compañía, aunque no sé si fingida o es realmente felicidad, el lugar es la casa de mi ex mejor amigo, diablos.

Oculté los estados, no quiero ver sus fotos ni nada que tenga que ver con ellos, no quiero amargarme la vida, no quiero sentir nada más por él. Me niego a continuar acá en este pozo hundida mientras él es feliz.

Mientras me maquillaba para no parecer muerto viviente me di cuenta que ya era la hora de ir con papá, así que me apresure a salir de casa, bajar hasta el living para poder esperarlo.

—Holaa.—saludé subiendo al auto, le di un beso en la mejilla y después me puse el cinturón.

—Hola, hermosa, ¿lista para conocer a tu hermano y a mi esposa?—pregunta con una enorme sonrisa en su rostro.

Papá siempre fue de los que nunca sonrío conmigo, la última vez que lo vi sonreírme así de lindo fue en mi cumpleaños número diez antes de que todo cambie.

—Sí, sí. —dije sonriendo como nunca.

Pasamos los quince minutos de tráfico cantando y riendo de los malos chistes de papá, jamás me la había pasado tan bien con él como ahora mismo. Llegamos a una mansión, para mi buena suerte la mansión es frente a la casa de Ax, ¿Dios ya no me quieres? ¿Por qué? He cambiado bastante, lo prometo.

Suspire mientras bajo del auto, me conduce hasta el interior de la casa, todo es tan lindo, es más pequeña que la anterior y muy acogedora, un verdadero hogar. Una señora de la edad de papá nos recibe en el jardín con un pequeño en sus piernas, supongo que es mi hermano, sus ojos azules como los de mi padre me miran atentamente me sonríe cuando me voy acercando.

—Kenya, ya llegué.—la señora voltea y le da un beso en los labios poniéndose de pie junto al bebé, papá le da un beso al niño en la frente.

—Hola, amor.—dice después del beso, mira detrás de papá y me sonríe.—Soy Kenya, un gusto, Levana, tu padre me ha contado demasiado de ti, ya quería conocerte.

Le sonrío tímida.

—El gusto es mío, señora.

—Nada de señora, linda, llámame Kenya, con confianza.

—Esta bien, papá me ha hablado de usted.

—¿Si? Espero que cosas buenas.

—Por supuesto, estoy ansiosa por probar su pay de queso y frutos rojos.—digo amablemente a lo que ella sonríe.

Mi padre sostiene al pequeño en sus brazos y se acerca a mí, el chiquito vuelve a mirarme con sus ojos grandes cielo y vuelve a sonreír. Un nudo se forma en mi garganta, ¿algún día papá también me cargo con tanto amor como lo hace con el pequeño de dos años? ¿También me miró como lo hace con él?

SHE✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora