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Capítulo 29 (Ax)

Especial narrado por Axel.

Toda mi vida a sido a su lado, desde que éramos tan solo unos niños, después pasamos a la adolescencia y ella se convirtió en una hermosa mujer. Sus labios, su cuerpo, sus ojos, su cabello, sus tetas y su trasero, todo de ella cambió, se convirtió en alguien segura y madura, aunque se perdía por días y después volvía siendo la misma niña linda, sonriente y paciente. Tan solo conmigo era ella misma y eso lo amo, lo mejor de todo es que lo nuestro es recíproco.

Pensé muchas veces lo que sentía, de tan solo verla venir a mí, verla caminar, verla sonreír, verla feliz, mi corazón late con fuerza, pensé que era algo tonto o algo pasajero, con el paso de los años ese sentimiento se fortaleció muchísimo.

Y cuando menos lo esperaba, toda ella estaba siendo objeto de deseo, todos querían una noche con ella y cuando ella quería y los elegía se les cumplía el sueño, pasaban una noche con ella, junto a ella.

¡Malditos afortunados! Jamás supieron lo que estaban haciendo, solo deseaban el placer de estar junto a ella, jamás porque la amaban.

Detrás de todo ese placer, ese deseo, yo estaba ahí, cuando ella se sentía sola, cuando lloraba por la vida que le había tocado llevar desde los diez, cuando sus padres se peleaban y corría a mi casa para dormir conmigo, cuando se derrumbaba sin importar nada. Yo estaba ahí, junto a ella, consolando su soledad, su tristeza y melancolía, consolando absolutamente todo de ella, sosteniendola entre mis brazos y besando su frente.

Levana se había convertido en algo más que mi mejor amiga con el pasar de los años, habíamos sobrepasado todas las líneas que conllevaba una amistad y quizás ambos lo sabíamos pero preferimos callar antes de hablar para arruinarlo.

Cuando menos lo espere, cuando menos lo pensé, yo ya había caído a sus pies, había dejado con ella absolutamente todo de mí, me había enamorado de ella haciendo algo terrible para nuestra amistad. Me metí con María. Y soy un auténtico idiota por permitirme estar con otra mujer cuando amo a una maravillosa chica de ojos turquesa.

Sé que no esta bien estar con María por compromiso, ni por lástima, se lo había hecho saber una vez, esa fue la vez que terminamos, y después me disculpe porque la culpa de verla llorar no me la sacaba nadie, termine volviendo con ella como un idiota.

Idiota, con todas las palabras porque Levana me había besado, yo también la había besado, un beso auténtico lleno de deseo y pasión, nuestros cuerpos, nuestros labios tocandose entre sí y me había encantado estar con ella de no ser por nuestra amistad, aunque quedaba poco de ella.

Recuerdo su cara llena de tristeza reclamándome sobre María y yo en nuestro lugar, totalmente decepcionada de mí se sintió y yo también, me sentí demasiado avergonzado y no pude contradecir absolutamente nada, jamás le enseñaría nuestro lugar a nadie, ese momento me hice cobarde, un idiota que solo se quedó callado como si fuera un niño siendo regañado.

Hay cosas de las que jamás me voy arrepentir, pero en ese instante me arrepentí de estar con María, y le explique a Levana todo lo que había pasado esa noche tiempo después, aunque sabía que había perdido un grado de confianza con mi mejor amiga.

Todas esas veces que lloro fue mi culpa, el sentimiento es terrible, algunas veces ni dormir pude por pensar en que ella esta sufriendo por mi culpa.

La amo, solo eso puedo pensar, aunque no lo pueda decir.

La he amado siempre y siempre lo he ignorado porque ella no siente lo mismo, aunque siempre me lo ha dicho.

Me sentí más terrible y miserable al recordar cuando le pedí una noche, ella dijo que no lo haría porque después jamás se podría separar de mí y debí decirle que la amo terriblemente para que este conmigo y después jamás dejarla ir. De nuevo, la lastime.

Siento terror de tan solo pensar que un día ella me dejará, porque aunque no hablemos como antes, verla siempre es gratificante para mí.

Sólo quiero que llegue el día de la graduación, no se porque presiento que será una noche magnífica para nosotros, lo deseo tanto.

Deseo poder estar con ella, besarla y tocarla más de lo que un amigo hace, quiero amarla y venerarla aunque sea una sola noche de mi vida para poder morir feliz.

Suspiro viendo la foto que nos tomamos en el restaurante mexicano hace unos días, la última vez en un lugar público antes de que todo se fuera a la mierda de nuevo. Recuerdo la sesión de fotos, me detuve en una foto que me encantó fue donde ella me mira con auténtico amor acariciando mi mejilla, ambos siendo totalmente sinceros con nuestros sentimientos en una sola foto. La felicidad que siento al recordarla feliz ese día me hace imaginar una vida con ella, una familia, absolutamente todo con ella.

Porque eso es Levana para mí.

Es mi todo.

Levana siempre será mi todo.

Siempre será la mujer de mi vida, la mujer que amo, será el amor de mi vida.

Leo el último mensaje que me envió, dice que me cuide mucho. Sus fotos siempre fueron divertidas, el tatuaje en nuestras muñecas en un arrebato de locura y los anillos en nuestros dedos, las cadenas en nuestros cuellos.

¡Maldición!

Cierro de golpe la caja donde tengo todo lo que me recuerda a ella, absolutamente todo lo que hemos tenido y ella me ha dado.

Es que la amo, la amo demasiado.

Me siento tan perdido sin ella, siento que el aire se me va de los pulmones y morir cuando no estoy con ella.

Aún recuerdo el sentimiento en mi pecho ahogándome cuando la vi con Lucas, verla con alguien más siempre me ha enfermado, me pongo celoso, posesivo, soy un egoísta porque no soporto verla con alguien más, ese debería ser yo, sin más también soy un cínico porque yo si puedo estar con otras pero ella no.

Pero maldición, la amo, la amo y no quiero que este con alguien que la va a utilizar y después dejar como si fuera nada cuando ella es mi todo, odio que alguien más la toque, debería ser solo yo, aunque mis decisiones no han sido nada buenas.

La quiero conmigo siempre, quisiera hacerla pequeña y meterla en una caja de fósforos para que nadie la toque y solo yo tenerla a mi lado, entre mis brazos, ser yo quien le proporcione todo para su existir.

La amo.

La amo, maldición.

La amo tanto que jamás podría soportar su rechazo.

Y he tomado una decisión, el día de la fiesta de graduación le diré lo que siento, no me importa su respuesta, solo quiero amarla.

<<Si es posible podría dejarla embarazada para jamás dejarla, para que algo nos una para siempre, para que no me deje nunca.>>

Moví la cabeza haciendo que esos pensamientos se fueran de mi cabeza, estoy pensando bobadas.

Quiero fundirme en ella y no soltarla jamás, ser yo quien pueda despertar a su lado, ser yo quien la toque, ser yo quien le de placer, ser yo el dueño de sus gemidos. Y por último. Ser yo el duelo de su alma y corazón. Porque estoy completamente seguro de amarla con cada fibra de mi corazón, la amo con cada uno de mis huesos, huesos que le pertenecen a ella.

Y no dejaré que ella se vaya sin tener que hablarle sobre mis sentimientos.

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