Capítulo 30

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Hoy es el día, y yo estoy muriendo de los nervios, creo que voy a vomitar. Me he levando muy temprano para estar lista a tiempo, después del evento será la fiesta.

Anoche no pude dormir bien y todo eso aumenta cuando recuerdo que será mi última noche con las personas que más quiero, después me iría a New York a seguir mi sueño.

Mauro ha venido especialmente a maquillarme y peinarme para esta ocasión, le dije a mamá que no era necesario pero ella ha insistido tanto que fue imposible no negarme, quiero verme bonita esta noche y él sabe hacer muy bien su trabajo.

Estoy sentada en una silla en mi habitación mientras Mauro termina de hacerme un peinado con algunos mechones sueltos, para lucir el vestido como es debido, el maquillaje ha sido algo sutil y labios de rojo, sostengo mi celular entre mis manos, Marina me ha escrito.

Maried: El acto comienza a las tres treinta, no lo olvides.

Levanax: Lo sé, ya estoy lista.

Envíe el mensaje dejando en su lugar mi teléfono para verme al espejo. Mauro me sonríe aplicando la última capa de fijador para el cabello y se aparta.

<<Estoy linda>> Pienso mientras me veo, tomo una profunda respiración y le agradezco a Mauro sus servicios, este se retira deseandome suerte y muchas felicidades, le doy un abrazo para despedirlo.

Veo la hora y apenas son las tres, aproveche para comer algo sin arruinar mi labial, también me puse un vestido sencillo de color negro ajustado a mi silueta con cuello tortuga y una apertura en la pierna, el que encontré en la tienda de mamá sería para la fiesta, mientras lo hacía también pensaba en lo que haría y se dividía en varios pasos. Uno, iría al acto que sería hasta la cinco. Dos, vendría a casa para cambiarme, cenar con mamá, papá y Sam. Tres, iría al baile a las siete de la noche. Cuatro, hablaría con él y todo sería perfecto.

Ruego porque todo salga como lo tengo pensado.

—Levana.—veo a mamá entrar a mi habitación con una caja entre sus manos.

—Casi estoy lista.—dije poniéndome unos pendientes pequeños, también llevo puesta una toga y un birrete, debajo el vestido y tacones de color negro también.

—No puedo creer que estés dando este paso, mi amor.—sus ojos se ponen aguados, Alisa siempre ha sido sentimental y muy romántica, pero solo con las personas que más ama en este mundo.

—Tranquila, mamá.—sonreí—Creí que ya estabas preparada para esto.

Me puse un poco de perfume en mis muñecas, cuello y ropa.

—Papá ya sabe que te vas a New York.—yo asentí aunque no le gustó la idea de que me fuera a vivir sola, lo acepto porque es mi sueño.—Y como no iremos ninguno de los dos.—me da la caja que trae entre sus manos—Decidimos darte un pequeño regalo, abre la caja, bebita.

Abro la caja encontrándome con un par de llaves y un folleto donde se muestra el modelo de un departamento en uno de los edificios más exclusivos de New York con vista panorámica, parpadeo un par de veces antes de mirar a mamá sorprendida.

—¿Un departamento? ¿Acaso están locos?—pregunté algo emocionada y sorprendida aún más.

—Sí, queremos que tengas algo seguro, donde no tendrás que preocuparte por nada, tu próximo hogar.

SHE✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora