Capitulo 8 † Mandamientos.

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Capitulo 8– Mandamientos.

Armin

Caminamos por los pasillos de esta jodida iglesia. Tengo algunos temas sobre los que hablar con Brock, solo él y yo, sin interrupciones y apartados de una pelinegra que me desconcentra de todo.

—Sabes… Evolet acepto ser mi novia.—comento mientras entramos a un cuarto negro con literas.

Tres literas, para ser exactos. Noto como se tensa y sonrío.

—¿Eso fue antes o después de que me la follara?—cuestiona volteándose para verme. No parece feliz con la noticia.

—Después.

Sonrío aún más exponiendo mi dentadura. Es resulta divertido verlo enojado. Tomo un cigarro y lo enciendo en su presencia.

Pasa que él odia el olor a cigarro.

—¿Qué jodida mierda quieres de ella?

Cuestiona, lanzó el humo en su rostro para contestar. «y cabrearlo»


—Follarla.

Respondo alzando los hombros, Brock está muy tenso. —y darle amor... ella es hermosa.

—Armin, yo no pienso dejarla si no me lo pide, y no lo hará—me lo dice en tono de advertencia.

Tomo una calada llenando de humo y nicotina mis pulmones. Lo que no te mata te quita la ansiedad. Esta mierda es un agrio veneno que mientras me mata como una sombra, también me libera del peor malestar existente.

—No tengo problema con eso. No soy celoso limoncito, yo voy a ser su favorito. Aquí la verdadera pregunta es: ¿Podrás controlar tus celos?

Sonrío cuando sus ojos me ven con enojo. He dado en el clavo, acaba de hacer mi tiempo en este jodido lugar absolutamente divertido.

—No vas a ser su favorito. Y no tengo nada que controlar, no soy celoso.

Responde saliendo de la habitación. Lo sigo a distancia prudente, por como da pasos apresurados y por como su tono se endureció, no le creo absolutamente nada.

—¿Qué, me arrebataras el puesto?—suelto una risa sarcástica—es ridículo que te pongas celoso teniendo en cuenta que es mi novia.

Resalto las últimas dos palabras.

Se devuelve pegándome contra la pared mientras cierra su mano en mi cuello. Cualquier otra personas sentiría miedo, pero yo me divierto.

—¡Evolet no es tu jodida novia! la quiero para mí y lo va a ser.

Me mira amenazante. Sonrío aún más cuando el aire apenas entra a mis pulmones.

—¿Por qué enojarte cuando podemos compartir?—cuestiono, apago mi cigarro en su mano, él no muestra ni un amago de dolor.

Levanta la ceja para qué continúe. Quiere escuchar al respecto.

—¿Sabes como funciona el poliamor?—cuestiono, me suelta empujándome.

—No.

Responde rotundo, sabe que es.

—Déjate de dramas, limoncito. Piensa: ambos la queremos y sé muy bien que ella nos quiere a los dos. En este trato no hay perdedores.

Me mira unos segundos meditando, estoy seguro de haberlo convencido. este trato es perfecto para los tres.

—Bien—asiente.

Sonrío satisfecho. Cuando ve mi expresión levanta el dedo preparado para advertirme sobre algo.

—Dáñala, solo inténtalo, Armin. Y te juro por los dos cojones que yo mismo te torturo.

—No voy a lastimarla.

Miro su mano, justo donde lo quemé.

Su puño cerrado impacta contra mi mejilla, uno de mis dientes rompe el interior de mi boca, escupo la sangre que se acumula.

—Todo a mano.

Sonríe cínicamente.

Evolet.

Un mes.
Cuatro semanas.
Treinta días.

Las luces de la habitación blanca se encienden. Desde hace cuatro días la frase «no eres un error como todos creen» resuena en mi cabeza. No sé a qué se refiere y mi instinto me grita que es algo muy grande.

—Feliz primer mes. Hoy serán trasladados al cuarto negro—Maldy nota la tensión que toda sentimos, no queremos más torturas. Con que Armin casi haya muerto ahogado hemos tenido más que suficiente—. No sé preocupen, es para la siguiente fase: la aceptación de Evangeline como su diosa. Dentro de poco serán parte de nosotros.

Evangeline | Internado secreto © | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora