Capitulo 1 † Secuestro.

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Capitulo 1 –Secuestro.

Evolet.

Delante de mi está un chico pelinegro con cara de “todo me vale mierda” contiene una pequeña sonrisa y un cigarro en la mano.

Me pierdo algunos segundos reparando su físico, incluso podría decir que es jodidamente atractivo. Sus ojos son de un azul suave que denotan aburrimiento.

—¿No iremos por otro?—le pregunta a uno de los encapuchados luego de una calada. Está fumando. Su voz es fuerte y muy agradable.

Estoy sorprendida por la escena, yo estoy jodidamente asustada mientras que él actúa como si no se tratase de un secuestro. Tiene algo de sangre en su labio.

Seco mis lágrimas con el dorso de mi mano, si voy a morir no vale la pena llorar.

A menos de un metros de él, está una chica rubia delgada llena de lágrimas y con sus piernas pegada a su pecho. Se ve frágil.

Mi vista viaja a una chica de tez morena con expresión seria, sus manos reposan en sus piernas. Luce enojada y tiene esposas puestas.

Finalmente en las esquinas están dos chicos más, uno es pelirrojo y también tiene esposas puestas. Por otro lado se encuentra un chico de cabello verde limón con expresión neutra, está mirando sus pies fijamente.

—¿A dónde nos llevan?—miro al pelinegro—¿También los secuestraron?

—Un gusto. Soy Armin, cielito. El primero al que subieron a este asquerosa camioneta.— me saluda dándole otra calada a su cigarrillo.

—Evolet.—digo mi nombre.

—La llorona de allá—señala a la rubia—se llama Ekaterina. Es la segunda. La morena con esposas es Annika, la tercera. Limón es el cuarto, se llama Brock y el pelirrojo es Dante, el quinto.

Tiene una actitud relajada, parece no tener en cuenta que estamos en una camioneta ¡A las tres de la mañana! Rumbo a un lugar desconocido. Puede que nos hayan tomando para trata, trafico de órganos o para vendernos a un psicópata y que este nos asesine.

—No sabemos a donde nos llevan, yo llevo tres horas en esta camioneta y este es mi tercer cigarro.—lo apaga contra la mueblería del vehículo.

Tengo miedo, un nudo enorme está en mi garganta.

—¡Mierda!

La camioneta salta, mi cabeza pega contra el techo. Siento como mi sistema nervioso colisiona por unos segundos. Al parecer paso varios minutos perdida en mi misma, salgo del trance al oír la voz de uno de los hombres.

—Llegamos.

Anuncia uno de los sujetos. No puedo ver los rostros de los secuestradores ya que tienen una especie de pasamontañas que cubren sus facciones.

Uno de los encapuchados se acerca a mi. El miedo se intensifica y antes de que ponga un dedo encima de mí comienzo a rogar:

—No me lastimes, si me dejan ir juro no decir nada. Yo… no he hecho nada malo.

Evangeline | Internado secreto © | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora