Evangeline | Internado secreto © | COMPLETA

Capitulo 26 † Rotura.

Capitulo 26 – Rotura.

Armin.

Al volver del baño ella ya está dormida, su respiración es tranquila. Me meto entre las sábanas ubicándome a su lado, detallo repetidamente su rostro, su lisa tez y labios redondos.

«Hermosa» Respiro hondo.

¿Que es lo que ha hecho en mi? ¿Por qué razón se siente tan bien? Estar así; cerca de ella se siente malditamente genial.

Merezco un castigo por amarla de esta forma, no debería ser así. Debería tener el control sobre mis emociones, esa es la regla.

«—Debes controlarla, cuando esté enamorada de tí hará todo para complacerte y aceptará el destino. Eso tiene que suceder, Armin». Las palabras de mi madre se repiten causando un nudo en mí, ella no contó con el hecho de que ella se enamoraría de Brock y no de mí.

Ella acepto para salvarlo a él, se condenó por él. A mi madre eso le bastó, ella logró su cometido pero yo... Yo quería más que esto, yo quería cada parte de ella.

Si mi madre se enterase de todo lo que estoy sintiendo por Evolet me llevaría a las habitaciones Z, siempre ha dicho que el amor es capaz de lograr que te traiciones a tí mismo.

Si solo hubiese hablado con ella antes de que la verdad explotara no me odiaría como lo hace, ese fuego que se enciende en sus ojos cada que me ve es doloroso. Sus ojos me gritan que me odian cuando hace una semana me gritaban todo lo contrario. Ahora debo mantener el papel que mi madre me ha asignado, o de lo contrario todos tendremos consecuencias.

Las horas transcurren y el sueño se niega a pasar cerca de mi. Situó uno de mis brazos por encima de Evolet para intentar conciliar un estado somnoliento. Ella se remueve un poco.

—Te quiero, Brock.— dice con la voz baja.

Brock. Ella creé que está con él, ella desea estar con él y no la culpo. Sus palabras se sienten como una puñalada, y yo en verdad sé cómo se siente una de esas.

Su cuerpo me abraza con ímpetu, tomo una gran respiración y las ganas de fumar se vuelven intensas. El humo ahoga algunos sentimientos que quieren escapar.

Soporto las ansiedad por nicotina y el impulso de levantarme solo para sentir como los brazos de Evolet me rodean, respiro su aroma y el insomnio se marcha. Cierro los ojos y oyendo su suave reparación quedo dormido.

†††

Algo se remueve a mi lado, mi sueño es espantado. Abro los ojos, escaneo en dónde estoy hasta dar con Evolet, ella está lo más alejada posible de mí; sus piernas se pegan a su pecho mientras se cubre con una manta fina de seda.

Suaves sollozos llegan a mi oídos. «Esta llorando». Raramente algo en mi arde, desde pequeño he disfrutado del dolor ajeno. Para mí el llanto es satisfactorio pero cuando viene de ella se siente como una daga atravesando mi piel.

No parece notar que me ha despertado.

—Hey, ¿Qué sucede?— me acerco a ella, la luz de una vela nos alumbra, apague las luces hace horas.

Sus ojos verdes aceitunados me observan repletos de agua salada. Seca sus lágrimas y toma una respiración profunda.

—Nada, Armin. No es nada.— suelta esquivando mi mirada.

Siento su repuesta como un ataque, la noche a pasado y estoy seguro que todo el odio que me profesa a salido a flote.

—Tú, mi cielo, no llorarías por nada.