† Prólogo †

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Prólogo.

Evolet.

Dos meses pasaron desde que obtuvimos la libertad,  hace dos meses lo ví morir ante mis ojos. Su brillo se perdió y su aliento se venció dejando un cuerpo vacío y sin latidos. Dejándome sin una pieza.

Ekate y Dante se fueron del país para comenzar juntos desde cero. Yo llamé a mis padres para decirles que estoy bien, que había olvidado llamarles, ellos viven a siete horas, en otra ciudad. Les mentí porque no puedo dar tantas explicaciones. Lo que sucedió en el internado es algo que no quiero explicar, no quiero tener que contar quienes fueron Annika y Armin.

Cuando salimos del internado nos dimos cuenta que estábamos en una zona urbana de la cuidad. A veinte minutos de mi apartamento, todo este tiempo estuvimos tan cerca. Corrimos tanto como pudimos, sabíamos que ellos no podían salir pero el miedo de que lo hicieran fue suficiente como para impulsarnos. Yo tenía el rostro repleto de sangre y lágrimas, lo había perdido.

«Lo perdí».

Llegamos a mi pequeño apartamento, el cual mis padres me lo obsequiaron. Dante rompió la cerradura, era irreal lo que habíamos vivido.

Solo éramos cuatro sobrevivientes. Las noches pasaron y la vida se sentía como una simulación, nos mantuvimos del dinero que Armin robo a su madre; setenta mil euros en efectivo.

Lo dividimos a la mitad y Ekate junto a Dante tomaron otro rumbo. Brock los acogió tres semanas en su casa, ahí conocí a Xion, su hermano.

Cuando vio a Brock entrar por esa puerta lo recibió con un abrazo desesperado, creía que lo habían asesinado unos mafiosos por la droga que vendía.

«—Eso fue lo que vivimos. —le contó toda la verdad a su hermano.

Sacrificios, asesinatos, secuestros, torturas ¿Una religión? Que mierda tan irreal...

No sabía que más decir y no lo culpo, nadie lo sabía».

Los días pasaron y Brock me acompañó a Qwer, fuimos a las afueras a un pueblo con el mismo nombre. No fue complicado encontrarla. Todos sabían quien es Rania Ghot.

Toqué el timbre y al verlos hizo una pregunta que me removió el corazón.

«—¿Está muerta, cierto?— su voz se rompió, no sé cómo lo supo pero lo hizo. 

—Nos secuestraron, y a ella la torturaron hasta la muerte. Me hizo prometer que te buscaría. —mis ojos se empañaron, Brock me apretó la mano dándome fuerza. »

Duramos toda la tarde contándole la historia, ambas lloramos y Brock junto a nosotras. Le dije todo lo que Annika me pidió que le dijese, que dejaría el alcohol, que lo intentaría...

Desde el día que escapamos no he llorado por Armin, todo el primer mes me negué a aceptar su muerte. Esperaba cada día que apareciera, pero no lo hizo... luego acepte que eso jamás ocurriría. Había muerto frente a mis ojos, habían desgarrado mi alma con fuerza, pero no dolía tanto.

No sentía ese dolor que te tumba al suelo y que te hace desear estar muerta, era más bien de esos dolores que te dejaban un vacío. ¿Podía vivir con eso? Definitivamente sí.

Hasta hoy la sensación de que he perdido y he ganado me persigue. Tengo un enorme vacío a causa de su ausencia pero la libertad ha llenado su ausencia, mi alma está confundida.

No puedo evitar sentirme culpable por no derrumbarme con su ausencia, por no amarlo con la misma fuerza que el me amaba a mí.

Armin se reveló por mi, en toda su vida jamás lucho su propia batalla, jamás intento obtener su libertad, pero sí luchó por la mía.

Aunque nos traicionó y fue cómplice de todo lo que vivimos, él fue capaz de acabar con todo por liberarnos. Acabo con lo único que conocía, con su propia madre y no le importo en lo absoluto. Sacrificó todo por mí, y estaba satisfecho con eso. Prefirió morir a qué me quedara encerrada en el internado, con su último aliento me ordeno que me marchaste, que me alejara, que fuera libre.

«Ahora tengo la libertad que él jamás experimentó».

El collar de rubí es un recuerdo permanente de que sí existió, de que me amo de verdad, aunque amaba de forma dañina. Se que su alma me acompaña, que él me perteneció de todas las formas posibles y también que, jamás lo olvidaré.

Esos ojos azules nunca se borrarán de mi memoria.  No puedes olvidar a unos ojos que te miraban con fascinación, no puedes olvidar un alma que te besaba como si fueses su oxígeno.

—¡Te traje algo! —la voz emocionada de Brock me saca de mi pensamientos.

Cada parte de mi se restaura con su presencia y se rompe con su ausencia.

—Hola limoncito. —bromeo, su cabello ha vuelto a ser verde como la primera vez que lo ví.

Lleva sus manos detrás de su espalda mientras camina a mi dirección. Cuando está lo suficientemente cerca me da un beso y luego se aparta enseñando lo que ha traído. Mi corazón late desembocado.

—Son petunias violetas para ti, Ev. —el ramo de flores violetas se encuentra en sus manos, yo sonrío con felicidad.

«Recordó lo que le dije».

Tomo el ramo mientras lo beso con emoción, nuestros labios se funden mientras que nuestros corazones laten sincronizados.

—Gracias... —sonrío besándolo una y otra vez. El ríe.

—Todo por mi Ev.

Las horas pasan y la idea que ha estado en mi cabeza desde hace días vuelve clavándose en mis pensamientos

—¿Sabes cómo empezó todo?—digo perdida.

—Con nuestro secuestro. —responde mirando su libro.

—No, fue con fuego. Evangeline incendió todo para empezar el internado,—digo dudando en si seguir...— quiero que todo arda, quiero que todos mueran. No quiero tener el constante miedo de que vengan por nosotros.

Y al contrario de lo que pensé, Brock responde:

—Quememos ese maldito lugar. —me toma el rostro con suavidad, sus ojos ámbar me miran con amor y sinceridad.

«Que arda».

Esa misma noche el fuego acabó con ese puto internado. Lo quemamos todo, la gasolina y un encender acabo con el sufrimiento de muchos, acabo con Evangeline, el internado.

A la mañana la televisión estaba repletas de noticias al respecto.

"Hoy en la madrugada los bomberos cesaron el fuego abrazador que quemó una iglesia dentro de la cuidad, lo que aparentemente era una iglesia abandonada resultó ser un lugar donde se practicaban actos infames.

La policía encontró una secta secreta en donde se realizaban torturas, matanzas y sacrificios de todos tipos. Al rededor de noventa cuerpos fueron encontrados, algunos murieron quemados y otros ahogados por el humo, no hay sobrevivientes.

Aparentemente ese lugar llevaba funcionando desde hace más de veinte años.

Dentro de este lugar de han encontrado habitaciones especiales para torturar, un comedor, habitaciones comunes, baños, un sótano, una capilla, y entre todo esto montones de cuerpos congelados, cortados, desmembrados, enterrados, una total atrocidad.

No sabemos que sucedió para que tantas personas terminan allí, o como las autoridades jamás lo notaron pero... de lo que se está seguro es que este es uno de los hechos más horrorosos que ha ocurrido en los últimos cien años. La policía se encuentra impresionada por todo lo que sucedía cerca de nuestros ojos.

Según documentos hallados en el mismo lugar, Evangeline, internado secreto era el nombre que se le daba a este sitio. Una iglesia que escondía un retorcido secreto".

Las imágenes de la iglesia quemándose anoche alumbra la pantalla de la televisión. Sonrío sintiendo verdaderamente libre. «Se acabó».

Fin.

Evangeline | Internado secreto © | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora