Familia

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Gojo no estaba ausente, aunque era el único que salía de aquel refugio para regresar con muchos dulces que le costaban el regaño de su pareja, aunque no fuese oficial, por el alto contenido de azúcares refinados que harían daño a los niños, siempre estaba ahí para ellos. El más alto le gustaba ver cómo Geto se encargaba de la casa, como una buena esposa, bromeaba y aunque le costaba un gran golpe a Satoru le gustaba como esa palabra sonaba saliendo de sus labios, Geto su esposa, enloquecía su corazón de pensarlo, todo su esfuerzo daba frutos, tenerlo para él, sólo suyo. Aquellas paredes eran sus confidentes, nadie más se preocupaba por visitarlos, ninguna persona tenía interés en acercarse,ningún rival que enamorará a Geto, nadie, sólo ellos, su pequeña familia ejemplar.