Familia

21

Nanako había atrapado a Megumi que su decisión de escapar fue frustrado, se quejaba de la rubia mientras está solo sacaba su lengua como burla; Gojo había recibido los mensajes de Tsumiki sobre el cumpleaños del niño y por ello había preparado la sorpresa sin decirle nada a Suguru, esa sería su buena obra, sólo suya, además le había dado un par de yenes a la niña para que guardara el secreto.
— Te odio.— Recriminó Megumi.
— Si, si, también tu papá. — Un leve golpe dió directo en su cabeza ante las palabras dichas, por parte de Geto.
— Tomaré unas fotos ante el cumpleaños de nuestro bebé. — Tomó su celular y con su cámara de baja resolución logró captar a todos alrededor del niño, tomo un par más, sin duda colocaría una como fondo de pantalla, miro de nuevo las fotos, mientras las voces del fondo discutían sobre que tamaño de la rebanada querian, escogió la que más le gustaba y acepto colocarla, cuando su dispositivo le pregunto si quería cambiar la foto anterior, se mantuvo quieto, su foto anterior era Satoru y él en la playa, antes que pasará esa escena, cuando todo se derrumbó... Su mirada seguía clavada en la notificación, esa noche Satoru había dormido en su habitación, le había comentado que estaba cansado, habían dormido abrazados como solían hacerlo, pero después de esa misión había tenido un alejamiento de su compañero, Satoru no tenía la culpa de la muerte de Riko, aún así sentía que lo culpaba.
— Oye estás bien. — El albino habló mientras le daba un plato de pastel, su mirada estaba fija en Suguru.
— Vaya, me siento honrado de que no te lo hayas comido. — Tomó el plato con la rebanada, dando una probada a este. — Es muy dulce, esto sólo los va a poner muy hiperactivos. — Tomó otra cucharada del pastel y lo llevó a la boca de Satoru, hace tanto que no lo hacía, antes solían compartir sus alimentos. Como un perrito satoru saltó para tomar la cucharada de pastel y trago con felicidad.

Los niños corrían por casa, mientras jugaban y saltaban ante la adrenalina del pastel, los dulces y los juguetes que había llevado Satoru para la íntima fiesta, ninguno de ellos se atrevió a romper el momento de los adultos, además sabían que mamá Geto no les permitiría correr de esa manera porque se lastimarían.