FluffTober 2021 - Matchablossom Version

"Contacto Visual"

Kojiro juega con el cabello de Kaoru, sentado frente a él. La muñeca le duele por tener recargada la barbilla durante tanto tiempo. Siente a Kaoru patearle con dificultad por debajo de la mesa. Mueve la cabeza para soltar su cabello, ve el movimiento de cabeza de Kaoru, sabiendo que le está mirando por encima del hombro, un vistazo de advertencia. Kojiro sonríe mostrando todos los dientes, cuando Kaoru se vuelve, él retoma la tarea de enredar hebras rosas y suaves en sus dedos. Suspira, tiene tantas ganas de irse a su casa, tener a Kaoru sobre él, besándole el rostro, sus manos acariciando su delgado cuerpo, jugar con sus piercings y tal vez...

—¡Kojiro Nanjo!

El cabello de Kaoru se resbala por sus dedos. Mira hacia el frente, donde el profesor le mira con el rostro enrojecido, el libro en mano. Sus compañeros murmuran a su alrededor tras sus manos, las risas, las miradas burlonas. Kaoru se ha girado, dedicandole ese gesto socarrón tan suyo.

—Yo... ¿qué?

—Ponte de pie y lee

Toma el libro y abandona su asiento. Parpadea para enfocar, el sudor le rueda por la nuca, le baja por la espalda y le siente perderlo en el dobladillo de sus calzoncillos. La garganta vibra, recorre las líneas que se van difuminando, pero no sabe qué mierda hacer.

—Yo no...

—Nunca lloraba, ni aun en sueños, pues la pureza de corazón era para él motivo de orgullo. Le gustaba imaginar su corazón como una enorme ancla de hierro que resistía la corrosión del mar... —le ayuda Kaoru.

Siente las mejillas arder.

Sus miradas se encuentran, Kaoru sonríe de lado. Una vez ha encontrado la línea, continúa con la lectura. De vez en vez le lanza miraditas a Kaoru, recibiendo esa mirada de reconocimiento, de orgullo.

—¿Cuál es tu reflexión acerca de eso que leíste?

—Bueno...

Kaoru ríe bajito, tapándose la boca. A Kojiro le dan ganas de darle un puñetazo, de patearlo o darle un codazo. Durante su explicación mantiene contacto visual con Kaoru, en sus ojos dorados podía encontrar esa aprobación para sentir más y más confianza en sí mismo, sabía por dónde continuar con su discurso y cuando detenerse.

—Bien. Algo debías sacar de tu amistad con el joven Sakurayashiki

Esa es su señal para desplomarse pesadamente en su silla. Kaoru le da un toque en la rodilla con la punta de sus uñas medianamente largas. Estira la mano y toma la fría y pálida de Kaoru. Siente su rostro arder. Se aprietan mutuamente. Kojiro suspira profundamente, quiere volver a casa con urgencia y jugar ese ridículo juego que él y Kaoru se inventaron para quitarse la vergüenza, donde mantienen el contacto visual lo más posible antes de que las ganas de besarse les ganen y se dobleguen, comiéndose la boca hasta terminar desnudos en cualquier parte de su casa.