"Comparten Cama"

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Desde pequeños han compartido cama más de una vez. Kaoru incluso lloraba cuando sus padres iban a recogerle tras las pijamadas que hacían, que era más o menos quedarse todo el fin de semana en casa de los Nanjo. Muy pocas veces Kojiro iba a la casa Sakurayashiki para hacer la pijamada pues a Kaoru le daba vergüenza que su mejor amigo viera lo estrictos y anticuados que eran sus padres. Al entrar a la adolescencia, cuando a Kaoru le daban esos ataques de ansiedad por estar solo en casa, Kojiro también iba corriendo en su auxilio, dejando que su mejor amigo durmiera en su pecho. Pensaba que los latidos de su corazón tranquilizaba a Kaoru, pero realmente no sabía qué era lo que hacía que su amigo durmiera tan plácidamente. Ninguno de los dos sabía cuántas veces compartieron cama, cuántas veces durmieron uno al lado del otro, apoyados sobre el pecho del otro o tomados de la mano, quedándose despiertos más de lo debido para quedarse horas observando al otro dormir. En cierta forma, estaban tan acostumbrados al otro, pero al momento de crecer, esa cercanía se extinguió. Ahora eran adultos, cada uno con su historia, un poco más pudorosos (Kaoru más que Kojiro).

Ambos miran la cama matrimonial, hay una visible vena palpitando en el cuello y la frente de Kaoru. Esto debía ser una estúpida broma de mal gusto. Rechina los dientes, Kojiro puede escucharlo y le dan escalofríos. Alguien sufriría las consecuencias de esta equivocación, y ese muy posiblemente sería él.

—Estos imbéciles, estúpidos —sale de la habitación echando humo.

Kojiro le sigue de cerca para tratar de menguar el maldito incendio que iba a hacer Kaoru. Ambos llegan a recepción, Kaoru estampa la palma de las manos en el mostrador, mirando a la persona detrás con ojos hechos dagas.

—Quiero hablar con el gerente —exige, con esa voz que sólo le escuchó utilizar con los profesores cuando le ponían una mala nota o con él mismo cuando discutían.

El pobre encargado se pone visiblemente tenso y asustado, tartamudea un par de veces y juega con los dedos de su mano casi pegadas a su pecho.

—¡¿Eres sordo?! ¡Dije que quiero hablar con tu gerente!

—Kaoru, Karou. Tranquilo —le toma del hombro y lo aprieta —. Yo hablaré con él, tú relájate. Estás demasiado alterado

Kaoru bufa, se cruza de brazos y golpea el piso con la punta del pie, desesperado. Estaba cansado y lo malditamente único que quería hacer era darse un baño, ponerse ese pijama de satín tan cómoda que tanto amaba y echarse bajo las sábanas para quedar profundamente dormido, porque sabía que eso pasaría, estar cerca de Kojiro a la hora de dormir siempre lo hacía sentir seguro.

—Disculpa a mi amigo, está de malhumor porque ya tiene sueño —le señala con el pulgar, recibiendo el gruñido de Kaoru.

El chico suelta una risa incómoda, tenía miedo de ese hombre, era guapo y delgado pero le rodeaba cierta aura asesina que le aseguraba que si le hacía enojar sería capaz de tomar la pluma del mostrador y clavársela en el cuello.

—El caso es que hubo una equivocación en nuestra habitación y en vez de darnos un cuarto con dos camas individuales nos dieron una con una cama matrimonial —explica relajado y sonriente, mostrando su característica confianza y carisma.

El chico se pone visiblemente menos tenso, asiente a lo dicho por Kojiro. Toma el teclado de su computadora y comienza a apretar las teclas. Kojiro gira la cabeza para mirar a Kaoru y mostrarle su media sonrisa de autosuficiencia. Kaoru se enoja más todavía, si ese gorila terminaba arreglando las cosas iba a armar un escándalo.

—Lo siento, señor. Aquí mismo en los registros no aparece ningún error. Hay una petición de una habitación con cama matrimonial —avisa sin despegar la mirada de la pantalla.

FluffTober 2021 - Matchablossom VersionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora