Seduciendo a su Majestad ♔

Capítulo 18

-Sr Santiago, ¿Qué sorpresa, que necesita saber? – dicho esto con una sonrisa en mi rostro.

-Porque me enviaste ese mensaje – me miraba fijamente y yo hacía como que miraba a los lejos apresar de que lo vi de reojo.

-No solo que le ofreceré descuento a tu esposa cuando decida divorciarse de ti. - dicho esto colgué.

-Sr Jensen está listo, necesito llegar al buffet porque tengo una reunión - digo sin siquiera mirarlo, pero al notar que no había ninguna respuesta de su parte, dirijo mi mirada así el encontrando una escena muy cómica.

El sr Jensen se estaba atorando con el postre.

Y su comida en la garganta no permitía que contestara, porque ante todo la buena educación.

Le serví un vaso de agua y se lo pasé.

El pobre ya se estaba poniéndome colorado.

Tomo el agua como si su vida dependiera de ello.

-No se preocupe Sr Jensen yo la puedo llevar. - dijo Santiago mientras se arreglaba las mangas de su camisa.

Solo un movimiento basto para que mis pensamientos volarán.

Mi frecuencia Cardíaca estaba a tope.

Pensé que esto solo pasaba en películas.

Pero la realidad es que si alguien te atrae cualquier insignificante movimiento te parece atractivo.

Solo una sacudida de mi cabeza necesite para dejar de mirarlo fijamente.

-No es necesario, puedo ir en mi carro sola- dije.

Yo era consciente que había llegado caminando al restaurante, pero él no tenía que saber. todo sea por evitar ese tipo de compañía.

-Sra materazzi si es consciente de que este tipo de rechazo puede generar discordia entre ambos países, por favor acepte que la acompañe de vuelta a su trabajo. - dice mientras se acerca al señor Jensen y le da una palmada suave en el hombro mientras añade- no creo que no permitas que el sr Jensen termine de comer su postre.

Acepte, pero por un minuto iba a colocar la condición de irnos caminando hasta el buffet, pero luego me acorde que, si nos demorábamos, nos pueden reconocer e iba llegar toda cansada a la oficina. ADEMAS ESO IMPLICARIA QUE DURARIA MAS TIEMPO CON EL.

Descarte la idea inmediatamente.

Caminamos hacia el parqueadero en silencio, el detrás de mi todo el tiempo.

Cuando llegamos al carro, el cual el señalo haciendo que la alarma de desbloqueo me dejara claro cuál de todos era el auto.

Una camioneta negra, polarizada y reluciente fue la ganadora, un carro Modesto para el estilo que esperaba.

Abrí la puerta del copiloto, si porque no esperaba que me dejaran atrás.

¿Y el conductor de dankworth? en qué momento nos dejó de seguir, me pregunté.

Concentrada veo como Santiago se posiciona en el lugar del conductor arregla los espejos a su nivel, enciende el auto, coloca la radio y por último se acomoda el cinturón.

-¿Que paso, que tengo?- me dice y es entonces como me doy cuenta de que me le quede viendo mucho tiempo.

-Estaba pensando y si yo manejo hasta el buffet - lo miro a sus ojos para captar su expresión.

Su cara era de pensar en la decisión, me llamo la atención de que no hubo sorpresa ni nada de asombro.

- Esta vez déjame llevarte en la siguiente te prometo que tu conducirás. - me responde a lo que asentí.