¡F*ck! dice mi mente mientras proceso ver a Santiago frente a mí.
Ahora todo tiene sentido la confidencialidad, el misterio, claro, si no hubiese sido así, ni en un millón de años hubiese aceptado.
Allí estaba yo de frente a Santiago sin decir una palabra.
-El placer es mio, Sr Dankwoth.- Digo aunque por dentro quería decir lo contrario o incluso no decir nada ignorarlo completamente, pero eso sería descortés y muy infantil de mi parte.
-Ah veo que ya se conocían, por lo que trabajar juntos en la conciliación será más fácil. - dice el jefe mientras se sienta en su escritorio.
Ningún comentario salió de nuestra boca, y estaba bien porque quiere decir hasta cierto punto será incomodo la situación.
-De hecho, Santiago sabes Emma se ha destacado mucho en esta firma, por eso te la recomendé cuando me solicitaste una abogada para tu futura esposa. - dice Philips.
- Cierto, que el señor se va a casar- digo en voz alta, aunque hubiese querido que se quedara esa frase en mi mente.
Santiago me mira con cara de extrañado, lo sé, es que esa fructífera sonó tan mal.
-Felicidades, acepte mis humildes deseos, y que su unión sea fructífera - fructífera en serio dije eso, estaba que me moría de la risa. Tenía que arreglarlo así que proseguí.
- Estoy feliz de hacer parte de este proceso matrimonial de la corona británica. - mire los ojos de Santiago, error, su mirada estaba puesta en mí, tenía que dejar de hablar.
-Quiero decir, será un placer ayudar a su futura esposa en todos los trámites legales y usted majestad, también. - fue la única frase coherente que pude armar mirando al jefe.
Santiago aun me seguía mirando y yo tratando de concentrarme en el jefe, mientras el sr Philips guarda la carpeta en su archivador.
- Bueno no siendo más los dejo para que se coloquen de acuerdo, mientras voy por una taza de café, quieren alguna - dice mientras se levanta de la silla.
Pánico entra en mí.
-Jefe no será mejor si la secretaria trae el café- digo intentando persuadirlo de que no abandone la oficina.
- No es necesario, yo puedo ir por él, traer una tasa no me genera problema además voy a realizar una pausa activa. - dice mientras continúa su camino hacia la salida.
-Pero Santiago y yo también queremos café, como va a traerlos- digo e inmediatamente me doy cuenta de mi error.
Primero lo llamé por su nombre como si hubiese confianza y segundo tomé una decisión sin siquiera consultarlo.
Aunque al jefe no pareció importarle porque siguió la conversación como si nada.
-A bueno, alguno seguro me ayuda a traer las tasas -dice mientras sigue caminando, ya cuando agarra el pomo de la puerta, me levanto para alcanzarlo y evitar que salga.
-Yo voy por las tazas jefe y las traigo en una bandeja - termino diciendo la frase al tomar el pomo de la puerta.
-Emma no te preocupes yo me encargo, tu colócate de acuerdo con el sr Dankworth - dice abriendo la puerta.
-Si quieres lo acompaño para traer las tazas -Todo sea para no quedarnos solos.
-Muy amable de tu parte Emma, pero yo me encargo atiende al Sr Dankworth y trátalo como en casa. - dicho esto salió por la puerta.
Cierro mis ojos.
Respira lento.
Calma.
Tarde o temprano sabias que iba a suceder.
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Seduciendo a su Majestad ♔
RomanceComienzo a caminar hacia él, cuando observo que se voltea y me mira. No podía creer lo que estaba viendo. -Oliver- dicho esto, corrí a abrazarlo, a la porra el protocolo. -Emma, años sin verte que hay de tu vida- dice respondiendo mi abrazo. -Ahora...