𝑫𝒆𝒕𝒓𝒂́𝒔 𝒕𝒖𝒚𝒐

Exᴛᴿᴀ⁷

MinSung

Jisung estaba acomodado en el regazo de Minho, sus piernas alrededor del cuerpo del alfa para aferrarse más a él, mientras que sus manos intranquilas se fundían en las oscuras hebras del mayor para acercarlo – aún más si era posible – hacia él. Podía jurar que su labios estaban hinchados y de un fuerte color rojizo, puesto que una vez sus labios chocaban con los del alfa, le era imposible separarse de ahí. Y entonces, de un beso pasaban a ser dos, de esos dos después eran tres, y llegando al cuarto beso Jisung se perdía en las sensaciones que Minho le provocaba y su mente dejaba de funcionar para algo más que no sea besar y ser besado por su pareja.

Se sentía desfallecer con la boca contraria, amaba aquella sensación cuando con delicadeza y pasión entre los dos se besaban explorando hasta el último lugar, cuando su mundo solo se enfocaba en ellos para que todo estuviera correcto.

Y como le encantaba al omega, luego de separarse con un último beso bastante sonoro, bajo sus beso al cuello de Lee, dedicándose a esta zona en específico.

Unos cuantos botones de la camisa desabrochados junto con una respiración agitada, una lengua que se atrevía a probar una vez más las clavículas que lo volvían sinceramente loco.

Lo malo era que no podían permanecer así por mucho tiempo y eso era algo que los dos lo sabían. Tenían que cumplir con el compromiso que le hicieron a sus amigos, por lo que en cuestión de minutos debían encontrarse junto con los demás, después de todo iba a ser el día en que descubrirían si el ángel de Felix y Changbin sería una princesa o un príncipe.

La mayoría de sus amigos ya tenían su apuesta realizada, aunque otros como Suengmin y Hyunjin mantenían su opinión neutra. Minho, por ejemplo tenía la certeza de que sería una nena, pero Jisung por el contrario decía que sería un lindo pequeñín.

Así que cuando ambos sintieron las vibraciones de uno de sus celulares, detuvieron cualquier jugueteo entre ellos porque sabían que seguramente ya estaban llegando demasiado tarde. Pero, esa era una manía del omega, una vez empezaba un beso, no podía parar hasta tener unos dos más por lo menos.

Minho no se quejó, nunca lo haría, después de todo lo amaba tanto como su pareja.

Al mismo tiempo que Minho posó sus manos dentro de la playera que traía puesta Jisung – aunque técnicamente era suya – acomodando sus manos en la cintura con posesividad, el omega de igual manera adentró la suyas pero detrás de su cuello, generando corrientes eléctricas al alfa por lo frías que se encontraban.

Han Jisung ama besar a su novio y siempre se encargaba de hacerlo como le gustaba a ambos.

El beso fue acabado – separándose tan solo un poco – pero un delgado hilo de saliva que compartían todavía los unía.

   –Ya debemos partir bebé – dijo Minho abrazándolo aún más si era posible.

   –Lo sé amor, no quiero que Lixie nos mate por tardar.