Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ¹⁰

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Maratón 2/4

Simplemente Minho quería desaparecer

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Simplemente Minho quería desaparecer. Enterrar su cabeza diez o quizás más metros bajo tierra y olvidarse de la completa existencia de la propia vida. Pero a cambio de ese deseo tan anhelado, su lobo lo guio a la casa de Felix y su única alternativa fue hacer caso.

Aunque tampoco se quejaba mucho. Felix con Chan siempre fueron las mejores personas que conoció en su vida, y sabía con certeza que siempre lo serán.

Felix no dijo nada, menos Changbin quien se mostró sentado en el sillón del cual se levantó con rapidez al ver como Minho se asomaba por la puerta de la casa y que sin pronunciar palabra alguna, se lanzó a los brazos del omega queriéndose esconder en ellos. No tardó demasiado en ser ahora Minho el alfa quien estaba acostado en el sillón mientras abrazaba al australiano a la vez que Changbin le brindaba caricias a las oscuras hebras que tenía el más bajito.

No lloró. No era una situación que para aliviar el dolor del corazón, alma y pensamientos se necesitará, pero si era lo suficientemente para que su ánimo desapareciera y con ellos las ganas de hacer cualquier tipo de esfuerzo por el resto del día.

   –Minnie. ¿Qué sucede? – preguntó con voz suave Felix acariciando la espalda de su amigo. Minho negó las explicaciones con leves balbuceos que solo repetían con vació en las palabras un “Solo estoy cansado”.

   –Venga Minho, somos tus amigos, te conocemos bastante así que por favor cuéntanos que ocurre – pidió Changbin.

   –Es que me gusta, en verdad me gusta demasiado – murmuró sin ganas, ocultándose aún más en el pecho del omega.

   –¿Jisung? – Changbin detuvo cualquier movimiento alguno de sus manos con lentitud, sonriendo de aquella faceta de enamorado que poco a poco comenzaba a descubrir el alfa–. Pero. ¿Qué tiene de malo?

   –Minnie, el que te guste Jisung no es ningún problema, todos los chicos te apoyan.

   –Lo sé, pero no creo que me acepte.

   –¿Por qué piensas eso?

   –Ya saben, acaba de llegar y de seguro cree que lo quiero para un rato y luego desecharlo, que no me gusta y crea que lo puedo lastimar.

   –¿No es muy pronto para ya sacar conclusiones apresuradas? – respondió Félix alejando con sutileza el rostro del pelinegro para observarlo.

   –Fui muy directo – confiesa en palabras un poco abrumadas dándole un sentido a la pareja que venía de un encuentro con el omega.

   –¡¿Ya te confesaste?! – exclamó Changbin cayendo en un leve shock por lo escuchado.

Minho encogió sus hombros levemente, pero luego negó ladeando su cabeza de un lado a otro. Vio entonces que Changbin iba a volver a hablar que con confusión termino afirmando.

   –¿Qué le dijiste a Jisung, Minho?

   –Que me atrae- suelta las palabras sintiendo como estas tenían una sustancia del veneno al ser pronunciadas–. Una niña me pidió salir pero al rechazarla comete que alguien me gustaba. Eso… ¿Está mal?

   –¿Qué? ¡Por supuesto que no! Dios mío – hablo con rapidez Félix que con dificultad fue escuchado –. ¡Eres demasiado valiente!

   –No lo soy.

   –¡Claro que lo eres, incluso eres mucho más valiente que Changbin!

   –Oye Yongbok. Que no se te olvide que tú novio está a tú lado – habló ofendido Changbin al ser insultado por su propio omega.

   –¡Es verdad Binnie! Minho ya le demostró a Jisung que le atrae a penas tres semanas de conocerlo y tú te tardaste cinco meses en acercarte a mí.

   –No fueron cincos meses – reprochó formando un puchero en sus labios que Félix no tardó en besar.

   –No me acuerdo cuanto fue, pero si recuerdo que te tardaste en ir con él – agregó Minho mostrando una sonrisa que casi paso desapercibida.

   –¡No me tarde demasiado! – reclamó –. ¿Cómo podía hacerlos si mi lobo gruño por él de inmediato?

   –Mi lobo y yo te vimos desde el segundo día, el primero había sido demasiado revoltoso con todos esos extraños olores juntos a excepción del tuyo. Como no te conocía, no pude identificarte cuando llegué, pero el segundo día de atravesar esa puerta ahí estabas tú echado sobre el pupitre durmiendo.

   –¿Te comenzó a gustar desde que lo viste dormir? – preguntó medio incrédulo Minho.

   –Sabía que era mi alfa, desde entonces ya lo amaba – respondió Félix con tranquilidad, volviéndose a enamorar de una vez más de aquella historia de amor que tuvo con su alfa que gracias a esta hoy en día portaba una bella marca en su cuello luego de ser reclamado–. Ustedes saben que soy muy tímido, que hablar o hacer amigo se me dificulta demasiado, fue mucho peor cuando conocí a Changbin.

   –Cuando me senté de pronto junto a ti y te comencé a hablar, tú te sonrojabas mucho Lixie, eres y sigues siendo demasiado tierno.

   –¿No les dio miedo comenzar su relación? – cuestionó Minho observando a sus amigos, dudando–. Incluso si Changbin se tardó. ¿Lo hubieras esperado si se hubiera tardado más Felix?

   –Lo hubiera esperado toda la eternidad si hace falta – respondió Lee menor bajando la mirada con timidez–. Cuando amas no hay nada más que importe. Yo amo a Changbin y lo amaré pase lo que tenga que pasar, porque sé que tarde o temprano estaré con él porque es mi destino. Nuestro destino.

   –Yo tuve demasiadas inseguridades, muchos miedos y terror cuando lo vi presentándose, sonriéndole a la clase y liberando su dulce aroma. Temí por no ser el alfa que merece, uno que lo cuidara bien y que le diera todo lo que necesita, por la posibilidad de todos los errores que puedo y cometo siendo su alfa, de que me odiara en el intento de cortejarlo, pero cuando me sonrió con esa hermosa sonrisa dedicada totalmente a mí. Supe que lo quería intentar, que no me iba a rendir jamás y desde entonces nunca me arrepentí de esa decisión porque Felix a pesar de los tropiezos que cometo, me apoya y me ayuda. No me deja solo y cada día me permite amarlo más que ayer.

El silencio luego de tales palabras fue inevitable. El ambiente se inundó del amor, confianza y motivación de la pareja, que de poco a poco se hacía presente en Minho.

Porque lucharía por Jisung. Incluso si el omega llegará a odiarlo, él lo cuidaría en silencio protegiéndolo como si fuera su pareja, desenado que algún día logrará reclamarlo como su omega y al fin tenerlo entre sus brazos.

 Incluso si el omega llegará a odiarlo, él lo cuidaría en silencio protegiéndolo como si fuera su pareja, desenado que algún día logrará reclamarlo como su omega y al fin tenerlo entre sus brazos

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𝑫𝒆𝒕𝒓𝒂́𝒔 𝒕𝒖𝒚𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora