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MinSung

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MinSung

   –Alfa. ¿Dónde estás?

Minho escucho como su lindo novio le hablaba a través del lazo, su sonrisa no se hizo esperar más y dejando lo que hacía se dirigió a buscarlo, que estaba en la habitación que ambos compartían desde hace ya un año atrás.

   –Estoy camino al cuarto.

Sintió como el omega comenzaba a sollozar. Su cuerpo podía sentir como Jisung temblaba y eso solo hizo que fuera más a prisa. Necesitaba estar al lado de él para consolarlo, hacerle saber que estaba ahí para él en cada momento.

A penas abrió la puerta para entrar al dormitorio, vio como Jisung estaba sentado sobre sus mismas piernas a la orilla de la cama esperando por él y cuando sus brillantes – y un tanto cristalizados – ojos se juntaron con los del mayor, pidiendo con esa simple acción que el alfa lo tomara en brazos.

Minho con ternura hizo lo que le fue pedido. Tomo al omega entre sus brazos para cambiarlo de posición, siendo él quien estaba sentado ahora en la cama y Jisung sobre su regazo, quien se acurrucó en un abrazo en un intento de calmarse.

   –Amor, todo está bien.

   –¡No lo está, alfa! – se negó formando un puchero mientras sus cejas se fruncían al verlo frente a frente –. Desperté solo. ¿Cómo me haces esto?

   –Estaba haciendo el desayuno bebé, sabes que no me voy a ir de tú lado.

   –¡No es lo mismo hyung! – volvió a reclamar –. Ayer me marcaste por segunda vez, no puedes irte lejos de mí.

El alfa rio. Jisung resultó ser un novio muy consentido, y lo ama demasiado que en ocasiones seguía creyendo que era parte de un sueño mientras que el vagaba por las calles en busca de un amor de pareja, imaginando como sería su vida.

   –Tranquilo bebé, estoy contigo. ¿Sí?

Jisung asintió aún con un puchero en sus labios. No había ninguna lágrima, pero tener una marca recién hecha lo ponía en un estado muy sensible y su inocente corazón no soportaba estar lejos de Minho.

   –¿Quieres ir a comer? – le preguntó el alfa, meciéndose con lentitud para acunar a Han más cerca suyo, para demostrarle que estaría protegido y seguro con él.
Jisung pareció pensarlo unos instantes, pero terminó por negar suavemente con su cabeza.

   –Quiero dormir un poquitín más, Honnie hyung. Pero esta vez no te marches sin mí.

   –¿Todavía estas cansado? – bromeó.

El omega con ojos penetrantes, tan firmes que podían hacer temblar a cualquiera, porque cuando se lo proponía. Jisung sabía que podía llegar a intimidar cuando estaba en peligro, aunque esa no era una de esas ocasiones.

   –Lo sabes perfectamente, alfa. Ahora recuéstate junto a mí.

Con esos simples movimientos, ahora los dos se encontraban acostados, cubiertos de mantas como si fuera el invierno más frío que hayan enfrentado en sus vidas.

Jisung se había acomodado a un costado del mayor, pero a este no le fue suficiente con eso. Tomándolo de las caderas lo dejó sobre él permitiendo que sus piernas se enreden entre sí y una de sus manos fuera a entrelazar los dedos con los contrarios.

De esa manera ya nada podía ser más perfecto.

Jisung había sido marcado al tercer año de su relación y un año más tarde los dos decidieron mudarse juntos, por lo que compraron una acogedora casa dando un paso más en su relación.

A lo largo del tiempo habían descubierto ciertas cosas más del otro, y no existían problemas. Lo conversaban, se ajustaban al gusto de los dos y se apoyaban mutuamente. No había límite dentro de su amor, solo crecía más y más.

Minho solía dedicarle coreografías completas a Jisung, coreografías que ninguna otra persona iba a poder tener el privilegio de verlas, que solamente ellos disfrutaban cada paso que se deslizaba por las notas musicales. Coreografías que expresaban su amor hacia Jisung.

Jisung también solía darle presentes que a lo largo de sus estudios obtuvo como habilidosos adornos que los representaba a los dos ya sean imágenes o retratos.

Había días en que solían quedarse en vela hasta altas horas de la madrugada, bailando suavemente, murmurando palabras cálidas o simplemente acariciando al contrario como si sus manos fueran hermosos pétalos y el rostro el cristal más fino, con tanto cariño que se tenían.

Minho beso la cabellera del omega, completamente feliz.

Dormir con Jisung, poder sentirlo cerca suyo. Quería sentirse así, de aquella forma tan pacífica que solamente su pareja era capaz de entregarle. Quería tener a Jisung para toda la vida y él se encargaría de amarlo cada vez con más intensidad – después de todo – ese era el día lectivo donde pretendía pedirle que sea su esposo, pero eso podría esperar.

Ahora mismo, rodear el cuerpo de su amado era lo mejor que podía estar haciendo, besando su rostro mientras lo admiraba dormir.

A Han Jisung le podrían ofrecer millones de cosas, pero nada iba a ser capaz de superar a Minho, porque él ya tenía todo a su lado.

A Han Jisung le podrían ofrecer millones de cosas, pero nada iba a ser capaz de superar a Minho, porque él ya tenía todo a su lado

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Llegamos al final...

Muchas gracias por leer está daptación y por votar. No olviden que estaré subiendo más adaptaciones.

Queennie~

𝑫𝒆𝒕𝒓𝒂́𝒔 𝒕𝒖𝒚𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora