Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ³¹

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   –Vamos hyung no quiero llegar tarde – apresuró Jisung a su pareja con un puchero en sus labios

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   –Vamos hyung no quiero llegar tarde – apresuró Jisung a su pareja con un puchero en sus labios. En pocos minutos tendrían una junta con sus amigos en la casa de Changbin y ya estaban tardando por cierto alfa que se demoraba en arreglarse para salir.

Minho al escucharlo fue rápido hacia Jisung, diciéndole que ya podían partir para encontrarse con el resto del grupo. Tomó sus pertenencias necesarias en cualquier caso y salió de la casa dejando paso a que Jisung cerrará con llave la puerta principal. Antes de que esto pasará, para asegurar de que nada más hiciera falta, Jisung le preguntó a su novio si tenía todo consigo. A penas vio la mueca en el rostro del alfa suspiró, se dio la vuelta para volver abrir la puerta pero no alcanzó a hacerlo cuando sintió su mano ser tomada y entrelazada.

   –¿Hyung?

   –Me hacía falta tomar tú mano, nada más Sunggie. Ahora vámonos que se nos hace tarde.

Jisung negó con una sonrisa, terminando todo lo más rápido posible para partir rumbo hacia la casa de los Seo.

Sabían que eran los únicos que faltaban y lo comprobaron cuando Felix les abrió la puerta, saludando a los dos con un abrazo mientras les reclamaba con gracia que eran los últimos en llegar. Entraron saludando al resto. Felix y Jeongin se había ofrecido a cocinar algún tentempié para la tarde, mientras que Changbin y Hyunjin avergonzaban a Chris y a Suengmin quienes habían cumplido tres meses de relación hace apenas unos días atrás. Los dos querían saber el secreto de magia del menor, que había enamorado con rapidez y felicidad a un chico que no se mostraba interesado en lo más mínimo en tener cualquier compromiso amoroso. Jisung fue a ayudar en la cocina mientras que Minho se quedaba con el resto.

   –¡Mi chico bonito llegó! – exclamó Jeongin en cuanto visualizo a Jisung entrar a la cocina.

   –Como siempre impregnado con el aroma de Minho, iugh – se burló con gracia Felix mientras lo saludaba.

   –¿Qué cocinan? – pregunto el recién llegado.

   –Unos pasteles, Minnie encontró una receta de Internet y nos pareció interesante.

   –Entonces. ¿En qué ayudó?

Entre los tres no tardaron mucho en terminar el postre, por lo que se unieron a los demás en pocos minutos. Los ocho dieron por divertirse con juegos de mesa y cantando de forma desafinada canciones que se iban reproduciendo por si sola en una lista al azar. Ese era el momento que necesitaban todos ellos. Los últimos días habían sido duros y pesados para cada uno y apenas vieron la oportunidad de juntarse un día libre no la desaprovecharon.

   –Oigan este celular está vibrando. ¿De quién es? – interrumpió Suengmin a sus amigos escandalosos que no habían parado de gritar por algo que ni siquiera tenía sentido –. ¿Es tuyo Minho? – terminó por decir luego de encender la pantalla del celular.

𝑫𝒆𝒕𝒓𝒂́𝒔 𝒕𝒖𝒚𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora