Lo Que Siempre Soñamos Ser... [NaruSaku] ✔

🍥🌸 7 🌸🍥

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La alegría de volverte a ver,
estamos juntos de nuevo.
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Todos voltearon a ver hacia dónde provenía el chakra y automáticamente se paralizaron, menos Shikamaru, quien noqueó a golpes al último intruso que le faltaba.

—Ya era hora —dijo suspirando.

Al frente de todos estaba nada más ni nada menos que el Uzumaki, seguía exactamente igual, solo que su cabello había crecido un poco por el pasar de los meses y su ropa estaba algo sucia, el Uzumaki solo veía la puerta de Konoha destrozada y a sus ninjas peleando contra otros que desconocía totalmente, detallaba todo con lentitud buscando encontrar astillas de paciencia.

—Tsk —chasqueó con la lengua luego de echar un vistazo —. Noto que unos intrusos amenazan la entrada de mi hogar —en su voz se notaba lo enojado que se encontraba y no era para menos, de no llegar a tiempo las cosas habrían empeorado y su hogar se habría vuelto polvo —. Admiro la valentía que tienen de venir a mi hogar a formar un alboroto —hizo una pausa posando sus intimidantes ojos azules en el que parecía ser el líder —... justo en la tierra donde voy a sepultar cada cuerpo no perteneciente a Konoha.

—¡Espere! ¡S-se equivoca, Hokage-sama! —se apresuró en hablar el castaño —¡D-debe escucharme! Le explicaba a su gente que vine con mi gente a conocer Konoha, en especial a usted. Soy Yamamoto Haru, del clan Yamamoto, uno de los clanes más poderosos de la aldea del Sonido, no quisieron dejarnos entrar porque no traía una identificación o permiso aunque les haya explicado que lo perdí... —tragó en seco —D-digamos que se nos fue la mano y... y su puerta recibió una pequeña grieta...

—¿"Pequeña... grieta"? —suspiró irritado dirigiendo su vista a su ya inexistente puerta —Cualquiera que se atreva a destrozar mi puerta no tiene el derecho de poner un pie en mi hogar... —endureció su mirada asustando a los de la aldea del Sonido.

—E-ehm... Me disculpo por mi comportamiento tan... agresivo, Hokage-sama, ¡nos iremos de inmediato! Chicos... —llamó empezando a andar, pero en la mano del rubio se formó un rasengan.

—Tú causaste esto. Tus ninjas atacaron a los míos y destrozaron mi puerta, no hay una declaración de guerra más clara que esa... —explicó haciendo rechinar sus dientes.

—H-Hokage-sama... —el hombre tembló —Solo déjenos ir y prometo que no volveremos nunca más...

—¿Dejarte ir? —se burló —¿Después de lo que hiciste en mi tierra planeas que te deje ir como si nada? Tus actos pudieron lastimar a muchas personas y eso no lo perdonaría —ladeó la cabeza a un costado —. Te voy a destrozar y si queda alguna parte de tu cuerpo intacta se lo enviaré a tu clan, ¿entraremos en guerra? Sí, pero adivina, no me importa —aquello sonó tan frío que no parecía que se tratara de Naruto y en su enojada mirada se podía notar que Kurama amenazaba con salir.

—No podemos entrar en guerra con la aldea del Sonido. ¡Ni siquiera sabemos si en verdad pertenecen ahí! —dijo el Nara.

—¿Cómo te atreves a cuestionar mi decisión? —el rubio dirigió su vista a su mejor amigo.

—Bueno, Naruto... si haces eso en primer lugar será molesto entrar en guerra luego de tantos años de estar en paz —rascó su nuca fastidiado —, y significaría tener a Sakura como testigo en la ejecución —la mención de su nombre lo hizo sobresaltarse, el azabache señaló hacia donde estaba la pelirrosa y el rubio la miró rechinando sus dientes.

—¿Qué hace mi mujer aquí? —cuestionó sin quitarle la vista de encima —Te pedí que la cuidaras, Shikamaru —su vista viajó al imbécil que estaba por cortarle la cabeza, éste inmediatamente escondió su espada.