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Perdió lo que nunca fue
suyo.
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—Cielos, Sakura... ¡Te ves tan hermosa! —halagó la rubia viendo a su hija en ese precioso kimono blanco —¿Qué opinas tú, Kizashi? —le cuestionó al pelirrosa.

Kizashi estaba absorto en sus pensamientos, ¿cuándo creció su hija tan rápido? ¿En qué momento pasó de niña a mujer? Unas cuantas lágrimas huyeron de sus ojos con nostalgia, verla le hizo recordar cuando era un bebé y la tuvo en brazos, la primera vez que le llamó papá, cuando cayó su primer diente, cuando lloró por un raspón que se hizo corriendo, sus interminables discusiones y ahora la tiene que dejar ir para ser una Uzumaki.

—Papá, no llores, me harás llorar a mí —la futura Uzumaki cerró los ojos fuertemente elevando su vista para retener las lágrimas y así no dañaran su maquillaje.

—Es que... me parece mentira que mi niña ya se vaya a casar... ayer reías con Ino y hoy te casarás con un hombre con pésimo sentido del humor, ¡¿qué hice mal en tu educación?! —ambas mujeres vieron sin expresión al hombre que se dejaba ir en llanto.

—¿En serio? —preguntó Mebuki, luego se entretuvo terminando el peinado de su hija.

—¡Pero si son tal para cual! —exclamó la futura Uzumaki con obviedad —¿Acaso olvidaste la cena?

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—Me sorprende que no estés nervioso de conocer a mis padres como se debe —comentó la Haruno viéndolo mientras caminaban.

—Bueno, estoy tranquilo porque ya eres mi novia y sé que no querrás ser lo contrario ni aunque tus padres te obliguen.

—Suenas muy confiado —se cruzó de brazos.

—Nena, mira este precioso rostro, si tú caíste ante mí, tus padres también —la cara seductora que Naruto había puesto irritó la de Sakura, haciendo que le diera un coscorrón —¡Auch! ¡¿Eso por qué?!

—Por zopenco.

En el camino, Sakura le comentaba varios datos de sus padres que podían servirle a Naruto, así también podrían hablar por si en algún momento ella desaparecía de la mesa.

—¿Entonces no puedo comer mucho...? —preguntó al borde del llanto.

—No dije eso... —suspiró nerviosa —Puedes comer lo que quieras, solo no hables con la boca llena, mi mamá odia eso. A pesar de eso, Naruto, sé tú mismo, ya estamos juntos y ellos no pueden hacer nada más que aceptarlo.

—¿Eso significa que si no los impresiono no me dejarás?

—Claro que no, estoy muy feliz a tu lado, realmente me haces olvidar lo disfuncional que es mi casa...

Es bien sabido por el rubio que las cosas en casa de Sakura no iban bien, aunque ambos tenían opiniones divididas con respecto a los padres, Naruto supo dejarlo de lado cuando presenció una de esas tantas peleas: se había colado por el balcón para verla una vez que sus estudios culminaron y cuando se sentó en la cama a esperarla escuchó los gritos de los Haruno peleando entre sí, ahora comprendía más por qué Sakura perdía la paciencia con facilidad, si alguien expresaba algo en desacuerdo, ella no dudaba contraatacar a gritos. Minutos después la vio entrar, azotó esa puerta como cajón que no cierra y sus ojos se veían vidriosos cuando sus miradas chocaron "dime que no escuchaste eso..." le pidió y con un abrazo de parte de él, le sanó el dolor.

Por eso se propuso que cuando fuera Hokage la sacaría de allí, ese ambiente solo la hacía más agresiva en su opinión, pero también la veía muy triste porque ya tenían años teniendo esas discusiones y nada parecía progresar.

Lo Que Siempre Soñamos Ser... [NaruSaku] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora