23 : N°513.

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PARTE II

Tengo que decir que fue una linda anécdota el prepararnos para dormir juntos de una forma tan inocente. Verte poner la pijama y cómo lavabas tus dientes me hizo sentir más cercano a ti, más personal hacia tu corazón. Me sentía como en una de esas escenas de películas de comedia romántica, o uno de esos vídeos de una linda o trágica canción de amor. Me gustaría decir que nuestra canción es del tipo de la primera opción, y lo sería, sino fuera por los dos cadáveres en tu casa. Esto es trágico, pero no te preocupes, me encargaré de que tengamos un final feliz, juntos.

Cuando éramos niños muchas veces te vi dormir, no lo sé, ver dormir a alguien a tu lado te llena de una extraña sensación de que esa persona confía en ti, pero éramos niños, ¿por qué desconfiarías de mí?

Y sin embargo, aquí estás, durmiendo en mi cama, descansando tu cabeza sobre mi pecho después de confesarme que has asesinado a tu madre mientras el cadáver de tu padre estaba en la otra habitación. Soy feliz porque confías en mí, pero definitivamente hubiera preferido otra clase de prueba de tu confianza, no siendo cómplice de un asesinato, peor, dos asesinatos.

Vinna... te ves tan linda y vulnerable mientras duermes. Tu cabello aún está húmedo por el reciente baño que te diste. Hueles a mi shampoo y estás tan fría, tan delgada. Ahora que te tengo entre mis brazos con la mente calmada puedo darme cuenta de la gravedad de tu físico. Puedo sentir tus costillas al pasar mi mano sobre tu blusa, duermes tan profundo que ni siquiera te das cuenta de lo que te hago. Si fuera cualquier otro hombre te tocaría en otras partes, pero yo me voy a limitar a zonas que ya he tocado antes y que sé que tengo permitido tocar; pero me da tanto miedo tocarte alguna herida y lastimarte que decidí simplemente abrazarte.

Tengo un secreto, Vinna, y es que desde hace mucho tiempo que fantasee con traerte a mi habitación, con abrazarte como estamos ahora, acariciarte delicadamente y besarte con suavidad hasta hacerte sentir que no hay duda de que te amo con locura. Y cuando supieras que verdaderamente te amo, comenzaría a jugar con tu cuerpo, dándote besos y mordidas suaves, acariciando tu cuerpo por completo y hacerte sentir bien de inicio a fin.

Pero no, estamos en la peor situación posible, pero está bien, me conformó con verte dormir tranquilamente después de quién sabe cuánto tiempo de mal descanso para ti. Estoy bien con sentirte tan aferrada a mí, de ver la confianza tan grande que me tienes, y de que me dijiste las cosas a tiempo para protegerte. Estoy feliz por nuestro reencuentro, pero no puedo evitar sentir cólera por el hecho de que son tus manos las que se han manchado de sangre y no las mías.

Vinna, mi amada, no se suponía que tú matarás a tu madre, ese no era mi plan.

No se suponía que tu mancharás tus manos, que pecarás contra la vida, que tuvieras que lidiar con la carga emocional que un asesinato como ese conlleva, ni con los fantasmas de esa tragedia.

Yo tenía que ensangrentar mis manos, era yo quién les robaría la libertad de vivir para dartela a ti. Planeé tantos años este crimen y al final no lo cometí. Tarde demasiado, pero miremos el lado positivo, sé como dejarte fuera de la responsabilidad de sus muertes. Tengo todo preparado, solo tengo que ponerme en marcha. Y ya va siendo hora.

No despertaste cuando acaricié cada una de tus costillas izquierdas, pero sí despiertas cuando trato delicadamente de salir de la cama sin despertarte. Por favor, no me mires así, con esa tierna expresión de inseguridad ante mi posible ausencia, no quiero ver esas expresiones en tu rostro.

— ¿A dónde vas?

Quisiera decir que a ningún lado y besarte hasta dejarte confundida, separarnos en medio la impresión y confesarte lo mucho que te amo, pero hay cosas más importantes que mis sentimientos y una de ellas es tu libertad.

𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫 : 𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora