28 : Quizás (+18).

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PARTE III

Acomodó mis manos sobre mi cabeza y las sostuvo solo con una mano, mientras estira su mano libre a la cabecera de la cama. Escuché el sonido suave de una cadena, entonces lo vi, en tu mano sostienes un grueso collar negro. Los he visto, no es cualquier cosa, es un collar de juegos sadomasoquistas.

— ¿Por qué me pones eso? te dije que no me iré.

— Te dije que quiero hacer algo diferente, ¿no? —su mirada seductora me sometió. Dejé que me quitará los pantalones y la ropa interior, sin estar seguro de sus intenciones. Pero tenía un presentimiento. Se sentó de rodillas entre mis piernas, observando lo que tiene enfrente— No lo sabes pero... desde aquel día... cuando te ibas al trabajo me metía en tu habitación y husmeaba en tus cosas.

— ¿Qué?

— Mientras lo hacía pensaba en nuestra amistad y tu secreto homosexual. —dijo suavemente, mirándome por un instante a los ojos. Miró mi pene y lo tomó con una de sus manos; el repentino toque me hizo sentir la cara ardiendo— Tú... tenías tres dildos escondidos, —él comenzó a masturbarme muy lentamente— de diferentes tamaños y formas... había lubricante también.

— ¿A dónde quieres llegar con eso? —pregunte ahora que aun podía hablar con normalidad. Eren me miró antes de responder con otra pregunta.

— Vinn, ¿estabas enamorado de mí?

Tardaste años, pero finalmente... a la mierda todo.

— No. —detuvo su mano al instante, como si se diera cuenta que cometió un error— Aún estoy enamorado de ti, Eren.

Dicho eso, sonrió, pero no enternecido ni nada parecido. Me mostró esa sonrisa torcida que me crispa los nervios.

— Pervertido. —canturreó burlón— ¿Imaginabas que esas cosas eran mi pene? —y de nuevo daba miedo— ¿Te los metías aquí?

— Mm... espera, Eren, no toques así ahí...

Dos de sus dedos se metieron en mí, no estaba listo para eso.

— ¿Por qué? esas cosas son mucho más grandes, estoy seguro que puedes aguantar dos dedos.

— Ah... ah... mgh...

El problema no eran sus dedos, el problema es que fuera él. Fantasee tantas veces con esto que vivirlo en este momento resulta intolerante. Mi piel se eriza antes los escalofríos que se expanden por mi cuerpo y soy consiente que estoy gimiendo demasiado, ¿Cómo es que se siente tan bien? tenía expectativas y las ha roto por completo. Mi cuerpo arde y siento como la delgada capa de sudor comienza a formarse sobre mi piel.

— ¿Qué? ¿Te gusta esto, pervertido?

Vi que te relamiste los labios luego de preguntar eso. Tu mirada me recorre las zonas más intimas de mi cuerpo y tus dedos son cada vez más estimulantes. Mi miembro esta duro, completamente erecto y al borde de escupir todo mi fluido seminal. Eren sonreía mientras escucha mis gemidos, una sonrisa perversa.

— Mgh... Eren... voy a terminar...

— Hazlo, quiero ver.

Sentí que no podía desobedecer. Todo mi cuerpo temblaba, incluso las lágrimas resbalaron por mis mejillas. Eren tomó mi miembro con su otra mano y lo mantuvo pegado a mi vientre. Arquee mi espalda y solté un satisfactorio gemido, salpicando mi abdomen de mi propio semen.

— ¿Eren?

Observe como alcanzaba un trapo, ese bastardo, lo tenía planeado. Uso aquella tela para limpiar sus dedos mientras yo sigo teniendo espasmos.

𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫 : 𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora