27 : Quizás (+18).

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PARTE II

No era raro para ellos meterse al cuarto de baño cuando el otro estaba tomando una ducha u orinando. Si la puerta no tenía seguro, no había porque pedir permiso para entrar, así de simple. Eran pasadas de las nueve de la noche y hacia mucho calor.

— Vengo a miaaar. —canturreó Vinn al abrir la puerta.

El castaño le miró sentado desde el interior de la bañera. Vinn no le dio importancia a su presencia ni al hecho de que no le quitaba la vista de encima.

— Oye, ¿siempre has sido gay? —cuestionó repentinamente.

Vinn no se mostro sorprendido, pero en el interior estaba incluso nervioso. «¿Finalmente va a tocar el tema?». Terminó de hacer sus cosas y entonces le miró a la cara.

— Hm, desde los dieciséis me comenzaron a llamar la atención los hombres.

— ¿Desde hace cinco años? —Vinn asintió con la cabeza— ¿Y recién me enteró?

— No sabía que tenía que pasarte el reporte de mi sexualidad.

— Vivimos juntos.

— ¿Y?

— Pudiste haberlo dicho, así quizás no me habría quedado en shock cuando estabas a punto de violarme.

Vinn enarcó ambas cejas, observando el ceño ligeramente fruncido de Jaeger. Vio cierto rencor reflejado en sus esmeraldas.

— No iba a violarte. Te estaba jodiendo para que dejarás de pensar en la zorra de tu ex novia.

— ¿No había otra manera de joderme? —reclama subiendo ligeramente el tono de su voz. El pelirrojo hizo una mueca.

— Perdón, ¿sí? —soltó sin más— No debí hacer eso, es cierto, tienes todo el derecho a estar molesto. Puedes denunciarme si quieres, aunque ese gemido que soltaste no se escucho para nada como una señal de violación.

— No necesito tus sucias disculpas sarcásticas, Vinn. —responde a secas— Eres un pervertido, ¿verdad?

«¿Lo soy?» se cuestionó de nuevo. Ya lo había pensando varias veces y la respuesta siempre fue la misma.

— Quizás.

Segundos de silencio vinieron después de esa respuesta. Eren se reacomodó en la bañera, recargando su espalda en uno de los extremos. Flexionó sus piernas, dejando espacio libre.

— Desnúdate. —ordenó sin autoridad.

Vinn se ríe.

— ¿Qué?

— Ya me oíste, desnúdate. Eres un pervertido, da igual, ¿no?

— No voy a desnudarme si no es necesario. —excusó.

— Es necesario. —dice sin expresión— Vas a meterte a la bañera conmigo.

«¿Qué sucede con él?»

— ¿Por qué haría eso?

— Si quieres que sigamos siendo amigos harás lo que yo diga en los próximos treinta minutos. —sentenció seriamente. Vinn supo que algo raro estaba pasando, pero sintió curiosidad y accedió— Tienes el cuerpo de una atleta femenina, no el de un hombre.

— Gracias. —dijo por joder mientras se quita los pantalones, quedando solo en ropa interior— Aunque me faltan senos.

— Y vagina.

—... Sí, una vagina también, ¿quieres que me los quite, en serio? —cuestiona con naturalidad, refiriéndose a su bóxer.

— ¿Acaso estamos en una piscina publica? —responde toscamente— No voy a ser el único en pelotas aquí.

𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫 : 𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora