𝓺𝓾𝓮𝓻𝓲𝓭𝓸 𝓶𝓲 𝓷𝓾𝓷𝓬𝓪.

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"Querido mi nunca: Esta es la despedida de
una mitad de mi corazón, porque la otra
quiere seguir intentando, recordando las
palabras que tú dijiste. Pero supongo que
debemos dejarlo ir ahora, quedaremos por
nuestra cuenta, como tú siempre quisiste
que se llevara a cabo. Pero creo que ahora
es demasiado tarde. Mi único deseo para ti
es que puedas encontrarte a ti mismo, no te
conformes con menos, o por cualquier
cosa, estoy rogando para que puedas soñar
como el soñador que yo sé que tú puedes
ser. Sigo aferrado firmemente a las
palabras que tú dijiste. De todas las cosas
que he dejado ir, tú eres lo único de lo que
estoy seguro no podré olvidar jamás.
Firmado: Sinceramente tuyo."

Había intentado resignarse a su futuro, había intentado aceptar que no miraría a su hija crecer, había asimilado muchas cosas en tan solo unos minutos que había despertado.

Se topó en la situación en la que nunca imaginó estar, y aunque las cosas hubiesen sido diferentes, estaba segura de que en un millón de vidas más, daría su vida por salvar a su bebé.

Estaba cansada, no tenía la suficiente fuerza como para moverse, sus ojos pesaban, queriéndolos cerrar en ese mismo instante, pero quería dejar algo antes de cerrarlos para siempre.

Con la nula fuerza que su cuerpo tenía, tomó un bolígrafo y una hoja de papel, comenzando a escribir lo que sería su carta de despedida.

Ninguna lágrima salía de sus ojos, supuso que no había más lágrimas que derramar, y estaba bien, porque estaba demasiado cansada siquiera para darle vueltas a aquella situación.

Dejo la carta en la pequeña mesita a su lado, acariciando con un leve sonrisa su vientre, lo más cerca que podía estar a su bebé.

Sabía que Adrien iba criar muy bien a su hija, que le iba a dar todo el amor que ella no podía, por eso estaba tranquila, porque a pesar de todo el daño que Adrien le hizo, sabía que era un gran ser humano.

Soltó un respiro largo, sintiendo como el aire comenzaba a faltarle.

Cerró los ojos.

Escucho el molesto ruido de las maquinas.

Sonrió.

Y en la habitación solo se escuchaba el largo pitido de la máquina.

rockabye • adrien agreste [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora