XIII

34 3 0
                                    

''Y cuando las luces empiecen a destellar como en un fotomatón

y las estrellas exploten, seremos a prueba de fuego.

Mi juventud, mi juventud es tuya''

(And when the lights start flashin' like a photobooth

And the stars explodin', we'll be fireproof

My youth, my youth is yours)


Youth - Troye Sivan

LOUIS

La casa de Aye. Ubicada en una tranquila pero lujosa calle arbolada, su fachada de ladrillo rojo estaba adornada con macetas de flores y una pequeña placa que decía "Bienvenidos". Acogedora pero obscenamente grande.  el aroma a incienso y libros antiguos me envuelve al cruzar el umbral.

El vestíbulo estaba decorado con cuadros de paisajes exóticos y una alfombra persa desgastada pero llena de historia. Ayesha, con su cabello oscuro recogido en un moño desordenado, nos saludó con una sonrisa cálida. "¡Bienvenidos, chicos! Pasen, pasen. La biblioteca está en la planta de arriba."

Subimos por la escalera, cada paso resonando en la casa silenciosa. Al llegar a la biblioteca, me detuve un momento para admirar la habitación llena de estanterías hasta el techo. Los libros se apilaban en orden, y las ventanas dejaban entrar la luz del atardecer, creando un ambiente casi etéreo. Ayesha nos ofreció té de jazmín, y nos sentamos alrededor de una mesa redonda. Al entrar al cuarto me percate de la presencia de William y Michael msimos que ya estaban esperandonos.

William, era alto y delgado, con una melena de cabello rubio que caía sobre sus ojos grises. Vestía una camisa de lino arrugada y unos vaqueros desgastados. Sus gafas de montura negra le daban un aire intelectual. -Que onda- soltó despreocupado

Michael, en cambio, era todo lo contrario. Bajito y fornido, con rizos oscuros. Llevaba una camiseta de rock vintage y unos pantalones de cuero. -Mucho Gusto!- Me extendio su mano emocionado 

Ayesha, con su mirada penetrante y su libreta de notas, se puso en modo "jefa de proyecto". 

-Bien, chicos- anunció -vamos a dividirnos las tareas.

 -William, tú te encargarás de la investigación histórica. Michael, busca datos sobre eventos historicos locales e internacionales. Louis, yo te asigno la parte creativa, redacta la presentación y yo me encargaré de exponer todo- seguido a esto todos asentimos emocionados comenzando así nuestro trabajo, El ambiente estaba cargado de concentración mientras investigábamos para nuestro proyecto. Michael y William, estaban sentados en el suelo, revisando mapas antiguos y tomando notas. James, siempre meticuloso, estaba absorto en un libro grueso, mientras Ayesha y yo discutíamos sobre la mejor manera de presentar nuestros hallazgos. Después de varias horas de trabajo intenso, Michael, se levantó de repente. Con una sonrisa traviesa en el rostro, anunció: 

-Chicos, tengo algo importante que decirles-

Todos levantamos la vista, curiosos. -¿Qué pasa, Michael?- preguntó Ayesha, levantando una ceja.

Michael se aclaró la garganta, disfrutando de la atención. -Este sábado es mi cumpleaños, y voy a hacer una fiesta en mi casa. Pero no será una fiesta cualquiera. Será un descontrol total.-

-¿Descontrol total?- repetí, intrigado.

Michael asintió con entusiasmo. -Sí, Louis. Habrá mucho alcohol, música a todo volumen y, lo mejor de todo, ¡ningún tipo de supervisión de padres!-

James dejó su libro a un lado, interesado. -Ningún tipo de supervisión? ¿Estás seguro de eso?-

-Totalmente seguro- respondió Michael, con una sonrisa de oreja a oreja. -Mis padres estarán fuera todo el fin de semana. La casa será nuestra.- hizo una pequeña pausa y luego continuo -bueno, nuestra y de unas 200 personas mas- dijo rascando su nuca

todos intercambiaron miradas emocionadas.

 -Eso suena increíble- dijo Michael. -Definitivamente no me lo perderé.-

Ayesha, siempre la voz de la razón, frunció el ceño. -Yo no esoy muy segura ¿Qué pasa si algo sale mal? ¿No es un poco arriesgado?-

Michael se encogió de hombros. -Vamos, Ayesha. ¿Qué podría salir mal? Solo será una noche de diversión. Además, todos aquí son responsables, ¿verdad?-

William rió. -Responsables, claro. Pero también sabemos cómo divertirnos, ademas, no puedo decir que no a alcohol gratis-

Me quedé en silencio, sintiéndome un poco fuera de lugar. -Nunca he ido a una fiesta así-, admití finalmente. -Tampoco he bebido jamas- baje la cabeza un poco apenado, los escuche a todos reir bajo

Michael se acercó a mí, poniendo una mano en mi hombro. -Louis, esta es tu oportunidad. Será una experiencia que nunca olvidarás. Confía en mí-

James me dio un codazo, sonriendo. -Vamos, Louis. Será divertido. Además, estaremos todos juntos. ¿Qué podría salir mal?-

Ayesha suspiró, pero finalmente asintió. -Está bien, Michael. Iré, pero solo para asegurarme de que Lou la pase bien- sonreí al escuchar esto ultimo -Y para que no hagas ninguna locura, no me vas a hacer pasar verguenza como las ultimas 90 veces-

Michael levantó las manos en señal de rendición. -Prometo que será una noche épica. Nada de locuras, solo diversión-

Después de un rato, todos estábamos de acuerdo en asistir a la fiesta. La emoción en el aire era palpable, y aunque tenía mis dudas, no podía evitar sentirme intrigado por lo que nos esperaba.

El resto de la tarde pasó rápidamente. Continuamos trabajando en nuestro proyecto, pero la conversación volvía una y otra vez a la fiesta de Michael. Cada uno de nosotros tenía ideas sobre cómo podría ser y qué esperar.

-Crees que habrá suficiente espacio para todos?-, preguntó Michael

Michael asintió. -Mi casa es bastante grande. Además, la mayoría de la gente estará en el jardín y en la sala de estar. No te preocupes por eso-

-Y la música?- preguntó James. -¿Tienes un buen sistema de sonido? yo puedo ayudarte- a James le gusta hacer de dj? vaya, eso si que no lo sabía 

Michael sonrió. -Tengo el mejor sistema de sonido que el dinero puede comprar. Será como estar en un concierto-

Ayesha, aunque aún un poco escéptica, no pudo evitar sonreír. -Bueno, parece que has pensado en todo, Michael. Solo espero que no te metas en problemas esta vez-

Michael se rió. -No te preocupes, Ayesha. Todo estará bajo control. Confía en mí.-

Finalmente, cuando el sol comenzó a ponerse, decidimos que era hora de irnos. Recogimos nuestras cosas y nos dirigimos a la puerta. Antes de salir, Michael nos recordó una vez más la fiesta.

-No olviden, este sábado a las ocho- todos asentimos.


Solo Un Poco De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora