''El verano se convirtió en invierno
Y la nieve se convirtió en lluvia
Y la lluvia se convirtió en lágrimas en tu rostro''
(Summer turned to winter
And the snow had turned to rain
And the rain turned into tears upon your face)
Lost - Michael Bubble
LOUIS
Desperté con un dolor de cabeza punzante, como si me hubieran golpeado con un martillo. Parpadeé, tratando de enfocar mis pensamientos y recordar cómo había llegado a esta cama, medio desnudo. A mi lado, Ayesha dormía plácidamente, su cabello oscuro esparcido sobre la almohada. No pude evitar sonreír al verla allí, tan cerca.
—Buen día —murmuró Ayesha al despertar, plantándome un beso en la frente. —. ¿Cómo la pasaste anoche?
Me incorporé lentamente, sintiendo el mundo girar a mi alrededor. —Bien —respondí, aunque la verdad era más complicada. Había besado a Ayesha, y aunque mis sentimientos eran confusos, algo en mi interior se había encendido.
Ambos nos vestimos con torpeza, buscando nuestras ropas entre las sábanas revueltas. La mansión estaba en un silencio inquietante, como si la fiesta hubiese dejado solo un eco. No había rastro de Michael, William o James.
—Probablemente fueron a comprar el desayuno —sugirió Ayesha con una sonrisa, y asentí.
Bajamos las escaleras y la casa reveló su verdadero estado: un completo desorden. Botellas vacías esparcidas por el suelo, cojines desplazados y un fuerte aroma a alcohol impregnando el aire. Nos miramos, y sin decir palabra, comenzamos a limpiar. Recogimos los restos de la noche, sudando y riendo mientras nos movíamos al ritmo de ''Tu Chacal'' canción que a petición de Ayesha debía escuchar '' te encantará es muy famosa en mi pais'' fueron sus palabras. La verdad no me desagradaba para nada, tal vez un poco vulgar pero nada fuera de lo comun. Luego de una hora y media todo había quedado impecable, me felicité a mi mismo.
Después de terminar, tomamos duchas largas, dejando que el agua caliente lavara la resaca; no solía beber de esta manera pero no me quejo, la noche fue fabulosa, aunque en mi cabeza aun estaba la interrogante de que había echo James en toda la noche -con alguna chica habra estado- me dije para mis adentros dejando escapar una risa. Me puse la ropa que había traído, todavía medio húmedo por la ducha. Ayesha también se vistió, pero su mirada esquiva mostraba que algo rondaba por su mente.
—¿Crees que volverán pronto? —preguntó, mirando el reloj con una mezcla de ansiedad e impaciencia.
Llamé a James, pero no hubo respuesta. Ayesha intentó con Michael y solo obtuvo un "estaremos ahí en un rato". Nos resignamos a esperar, sentados en el sofá, mientras veiamos algo en la gigantesca TV de Michael.
El tiempo se estiraba de una manera casi irreal. No pude evitar pensar en la noche anterior. Los besos furtivos, las risas ¿Qué significaba todo eso?
Ayesha se levantó para buscar algo de beber y me dejó solo con mis pensamientos. Me di cuenta de que algo estaba cambiando entre nosotros. Había una conexión, algo que empezaba a crecer y que no podía ignorar. No era solo atracción física; había una profundidad en sus ojos, una vulnerabilidad que me atraía y aquellos sentimientos no me disgustaban, al contrario.
Luego de una hora finalmente, escuché la puerta abrirse y me puse de pie rápidamente. Michael y William entraron riendo, cargados con bolsas de desayuno. Los saludos fueron breves, y aunque intenté mostrarme relajado, sentí el ambiente algo tenso pero decidí ignorarlo. Faltaba alguien, noté de inmediato.
—¿Dónde está James? —pregunté, tratando de sonar despreocupado
Michael y William intercambiaron una mirada incómoda. —Está afuera, cargando lo demás del desayuno —respondió Michael, evitando mi mirada.
Salí al exterior y encontré a James junto al coche, descargando las bolsas restantes. Su postura era tensa, y sus movimientos eran bruscos. Algo no estaba bien.
—¿James, pasa algo? —pregunté, acercándome a él.
James se giró hacia mí, sus ojos llenos de una mezcla de ira y algo más, algo que no podía descifrar. —No pasa nada, Louis —respondió con brusquedad—. Solo estoy cansado.
Fruncí el ceño, notando la tensión en su voz. —Vamos, James. Sé que algo te molesta. ¿Es por lo de anoche? ¿Te enojaste porque te dejé solo en la fiesta?
James soltó un suspiro frustrado, dejando caer las bolsas al suelo. —Sí, Louis, es por la fiesta. Me dejaste solo y... —no confiaba mucho en aquella respuesta pero lo ignore, hizo una pausa, su voz temblando levemente—. Solo estoy cansado, ¿vale?
Intenté dar un paso más cerca, colocando una mano en su hombro. —James, somos amigos. Si hay algo que te molesta, puedes decírmelo. No tienes que cargarlo solo.
James apartó mi mano con un movimiento brusco. —No, Louis. No quiero hablar de esto ahora. Solo... déjame en paz, ¿sí?
El tono de su voz era como un muro, impenetrable y frío. Antes de que pudiera decir algo más, James recogió las bolsas y se dirigió hacia la casa, dejándome allí, confundido y tenso. Me quedé mirando su espalda, preguntándome si había hecho algo mal, si había algo que había pasado por alto.
El vacío en mi pecho se hizo más grande, y una sensación de pérdida me invadió. Mientras el viento soplaba suavemente, supe que había algo roto que debía arreglar, pero no sabía cómo. Como se supone que arregle algo si no se ni que pasó? maldita sea.
Me dirigí de vuelta a la casa, con el peso de la reciente conversación aplastando mis hombros. Cada paso se sentía más pesado que el anterior, y la idea de enfrentar a James después de lo que acababa de suceder parecía imposible. Pero sabía que debía hacerlo. Sabía que, de alguna manera, tenía que encontrar alguna forma de abordar aquel tema.
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Solo Un Poco De Amor
RomanceLas dudas nos hacen retroceder, nos hacen sentir miedo y nos hacen sentir vulnerables. No está mal no saber que hacer y no está mal no tener siempre las respuestas, sólo recuerda que cuando te sientas tan mal como para no querer seguir recuerda que...