XVI

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''A veces tienes que sangrar para saber
que estás vivo y tienes alma, pero hace falta que alguien venga
para mostrarte cómo.

Ella es la lágrima en mi corazón''

(Sometimes you gotta bleed to know
That you're alive and have a soul
But it takes someone to come around
To show you how

She's the tear in my heart)


Tear In My Heart - Twenty One Pilots

JAMES

La noche transcurria de forma increible, e ignorando lo alcoholizado que estaba William, todo era casí perfecto. Mis ojos buscaban desesperadamente a mi amigo. ¿Dónde estaba Louis? La fiesta, con su música retumbante, me rodeaba, pero no conseguía apagar el tumulto en mi mente nublada por el alcohol. Las risas, los murmullos, las parejas besándose... Todo se filtraba por las puertas entreabiertas, pregunté a varios cicos si sabian algo de el chico de rizos pero ninguno me dio una respuesta concreta, desconcertado pero decidido empezé a buscar y mis pasos erráticos me llevaron a subir las escaleras, tambaleándome.

Las luces de neon lanzaban destellos sobre el pasillo, iluminando apenas un camino . Las puertas se alineaban como guardianes, y al abrir una de ellas, mi mundo se desplomó. Allí, en medio de la penumbra, los encontré: Louis y Ayesha, fundidos en un beso que parecía eterno. Sentí como si un puñal se hundiera en mi pecho, rompiendo mi corazón en mil pedazos. Ayudar a Ayesha no había sido necesario, y ahora me enfrentaba a la cruda realidad de que nunca tendría la oportunidad de confesarle a Louis lo que sentía. Sentía siquiera algo? tenía mil preguntas pero ni una sola respuesta solo sabia que aquella escena me había partido en dos.

¿Por qué?, susurré con voz quebrada, incapaz de apartar la mirada. El dolor me consumía, y las lágrimas amenazaban con brotar y deje que se escaparan algunas.

Salí del cuarto antes de que Louis pudieran percatarse de que estaba allí, independientemente de todo no podia arruinar su momento con mis sentimientos egoistas, mismos que ni yo mismo comprendia, con las lágrimas brotando descontroladamente. Bajé las escaleras, sintiendo un peso aplastante. Michael me encontró en el pasillo.

 -¿Estás bien?-, preguntó, pero todo lo que pude hacer fue negar con la cabeza. -Bebe-, dijo, ofreciéndome una especie de bebida con las letras ''FOUR LOKO''  grabadas en dorado. Dude por un momento cosa que este percató ya que luego soltó -Tranquilo, ahora somo amigos no? yo te cuido- y así sin mas acepte su bebida sumido en mis propios pensamientos.

Y bebí. Bebí hasta que el mundo se volvió borroso y las lágrimas se mezclaron con el alcohol. La fiesta continuaba, ajena a mi dolor, pero sabía que el alcohol no sería suficiente para sanar aquello que se había roto dentro de mi. Más tarde, en un rincón oscuro, William se acercó a Michael y a mi, mismo que para mi sopresa había estado el resto de la noche cuidando de mi; No me malentiendan tengo mucho autocontrol cuando bebo, pero luego de todo lo que mi ojos divisaron no me sentia capaz de continuar la noche solo. 

-¿Qué te pasa, amigo?-, preguntó, con dificultad debido al alcohol y con una tierna sonrisa de oreja a oreja. Miré la bebida en mi mano, la risa estridente de los invitados, y sentí que el mundo se desmoronaba. 

-He perdido- murmuré. -He perdido a mi amigo y al amor que nunca me atreví a confesar- no sabía si debia confesar aquello, puesto a que ambos son amigos de Ayesha, pero ignore mis pensamientos y me deje llevar. Michael asintío con una mirada comprensiva.

-Entiendo, entiendo- 

Con la garganta apretada, bebí hasta que el dolor se convirtió en un eco lejano y la noche se transformó en un abismo sin fondo. Y en ese abismo, supe que el olvido nunca podría borrar el vacío que aquello había dejado en mí. La fiesta seguía, pero mi corazón permanecía confuso, atrapado en una red.

Solo Un Poco De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora