Capítulo nueve

4K 466 18
                                    


Cuando empezó el mes de noviembre, el tiempo se volvió muy frío. Las montañas cercanas al colegio adquirieron un tono gris de hielo y el lago parecía de acero congelado. Cada mañana, el parque aparecía cubierto de escarcha. Por las ventanas de arriba veían a Hagrid descongelando las escobas en el campo de Quidditch, enfundado en un enorme abrigo de piel de topo, guantes de pelo de conejo y enormes botas de piel de castor.

Iba a comenzar la temporada de Quidditch. Aquel sábado, Hadrian vería su primer partido, Gryffindor contra Slytherin. Si Gryffindor ganaba, pasarían a ser segundos en el campeonato de las casas. Slytherin estaba en primer lugar por haber ganado la copa el año anterior.

 El día anterior al primer partido de la temporada, Hadrian estaba fuera, en el patio helado, durante un recreo. Estaba leyendo sentado en una banca cuando Snape cruzó el patio. De inmediato, Hadrian se dio cuenta de que Snape cojeaba. Por desgracia, algo hizo detener a Snape. Se dio la vuelta, arrastrando la pierna. Parecía buscar una razón para regañarlo.

—¿Qué tienes ahí, Potter?

 Era el libro sobre Historia de la Magia. Hadrian se lo enseñó.

—Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio —dijo Snape—. Dámelo. 15 puntos menos para Slytherin.

—Seguro que se ha inventado esa regla —murmuró Hadrian con desprecio, mientras Snape se alejaba cojeando—. Me pregunto qué le pasa en la pierna.

En la sala común de Slytherin había mucho ruido aquella noche. Hadrian estaba sentado en un sofá de cuero enfrente de la chimenea, era un día particularmente frío y llámenlo tonto pero tenia ganas de estar en la sala Común. Estaba repasando los deberes sobre Encantamientos.

Hadrian se sentía inquieto. Quería recuperar su libro sobre Historia de la Magia que le Snape le había quitado, se sentía  indignado de que se lo hayan arrebatado, esperaba que esa sangre sucia no lo haya dañado porque era un libro que valía mas que toda la casa de Snape. Pero ¿Por qué iba a temer a Snape? Se puso de pie y salió de la sala Común.

Fue a la sala de profesores y llamó. No hubo respuesta. Llamó otra vez. Nada.

¿Tal vez Snape había dejado el libro allí? Valía la pena intentarlo. Empujó un poco la puerta, miró antes de entrar... y sus ojos captaron una escena horrible.

Snape y Filch estaban allí, solos. Snape tenía la túnica levantada por encima de las rodillas. Una de sus piernas estaba magullada y llena de sangre. Filch le estaba alcanzando unas vendas.

—Esa cosa maldita... —decía Snape—. ¿Cómo puede uno vigilar a tres cabezas al mismo tiempo?

Hadrian intentó cerrar la puerta sin hacer ruido, pero...

—¡POTTER!

El rostro de Snape estaba crispado de furia y dejó caer su túnica rápidamente, para ocultar la pierna herida. Hadrian lo miró con indiferencia

—Quiero mi libro —dijo. — Es un libro caro y seguramente vale mas que tu vida.

«Aunque eso es un alago porque yo no creo que su patética vida valga siquiera un knut» Pensó Hadrian

—¡FUERA! ¡FUERA DE AQUÍ!

Hadrian se fue, antes de que Snape pudiera darle una detención. Bajo en dirección a las mazmorras.

Hadrian se fue a la cama con aquellas preguntas dando vueltas en su cabeza. Trató de no pensar en nada pero la expresión de la cara de Snape cuando Hadrian vio su pierna era difícil de olvidar.

Señor de la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora