Capítulo veintitres

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"¿Te enteraste de lo que pasó? Aparentemente el profesor dumbledore y los demás profesores encontraron a la gata de filch petrificada"

"Supuestamente fueron unos de segundo de Gryffindor los que lo hicieron pero yo no estoy segura"

"¿Qué dices del mensaje en la pared escrito con sangre? es escalofriante"

"Los nacidos de muggles han de estar aterrados por esto"

"Yo creo que es una broma pesada. El director Dumbledore no permitiría que un asesino maniático entre al castillo ¿Verdad?"

"¿Y si es verdad?"

"Entonces el culpable tiene que ser Slytherin. Todos sabemos que son supremacistas de sangre y desean la muerte de todos los impuros. Slytherin es un criadero de magos oscuros."

"Es verdad, mira a Potter por ejemplo. Es obvio que es un mago oscuro como quien-tu-sabes"

A medida que más pasaba el tiempo los rumores sobre que los slytherin tuvieron que ser los culpables se fueron haciendo más y más fuertes. El hecho de que Malfoy haya gritado "Enemigos del heredero temed, ustedes impuros serán los siguientes" no ayudó para nada a salvaguardar la reputación de su casa.

Claro, el hecho de que se desfilara por el castillo diciendo que él era el heredero no ayudaba pero todos sabían que era mentira. Hadrian sabía que Draco amaba la atención y adoraba ser el centro de ella pero esto le parecía excesivo. Debido a estas declaraciones y a otros factores (rumores) la mala fama de slytherin creció exponencialmente en esas semanas.

Sabía que el mensaje en la pared gritaba que lo había hecho un slytherin, hadrian sabía que no era así. Los slytherin de su casa podían ser manipuladores y hasta agresivos pero dudaba mucho que fueran asesinos, todavía no al menos. Pero Hadrian también sabía que nadie les creería, ni aunque los pusieran bajo un suero de la verdad. Todo por el simple hecho de ser slytherin y eso se traduce automáticamente en maldad pura.

Los estereotipos de esa índole tenían un poco cansado a Hadrian. Gryffindor no era sinónimo de bueno, Ravenclaw no era sinónimo de ratas de biblioteca, Hufflepuff no era sinónimo de inútiles y Slytherin no era sinónimo de malo.

A pesar de las malas críticas hacia su casa, Hadrian estaba contento de que toda la escuela haya dejado de tacharlo como un mini señor oscuro información cuando se dieron cuenta que no hacía otra cosa que estudiar e ir a clase. Era aburrido, sí, pero ayudó a disipar las dudas sobre él. Había un porcentaje que no se tragaban su cuento de niño bueno pero era mínimo y en general, lo empezaron a tratar neutral pero sabía que al más leve indicio de que se estaba descarrilando lo tratan como si tuviera lepra.

Hadrian estaba acostumbrado a estar solo pero no estaba acostumbrado a que lo traten como si fuera una enfermedad contagiosa. A pesar de que la opinión pública no le importaba le hubiera gustado tener al menos un amigo durante sus años de escuela pero como iba todo, no lo creía posible. Fue lamentable pero era la verdad. No se sentía muy atacado pues los niños siempre iban a ser niños y ellos solo estaban siguiendo lo que le enseñaron sus padres.

Mientras estaba en su clase de transformaciones reflexionaba sobre los últimos sucesos de la escuela. Todo el problema del heredero de slytherin estaba causando intriga pues sabía que no era posible de que sea el verdadero porque él no había abierto la cámara de los secretos y tampoco sabía dónde estaba.

"¿Profesora? ¿Podría hablarnos de la Cámara de los Secretos?" Preguntó Granger mirándola fijamente

La profesora McGonagall soltó un suspiro cuando vió a todos sus alumnos prestando atención a sus palabras. Claramente todos tenían curiosidad sobre el tema de la cámara y sobre su existencia.

Señor de la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora