Hadrian nunca pensó que pudiera existir un chico mas molesto, pero eso fue antes de conocer a Weasley. Ese chico era una total plaga bipolar.
¡Un día parecía que lo odiaba y al otro parecía que pensaba que eran los mejores amigos de mundo mundial!
No era normal.
Lo peor era que no paraba de acosarlo. No ayudaba que compartiera la mitad de sus clases con los Gryffindor. Solo había pasado una semana desde el comienzo de las clases y Hadrian ya quería tirarse desde la torre de astronomía.
Por motivos como ese Hadrian se replanteaba muy seriamente si era muy tarde para dejar Hogwarts e ir a la Universidad de Harvard, al menos allí no había gente tan molesta como Weasley, sin cerebro como Crabbe o Goyle o profesores tan poco profesionales como Snape.
Sin embargo, no es de esas personas que se echan para atrás cuando toman una decisión por mala que fuere. No, era demasiado orgulloso para eso.
Quien sabe, tal vez algo bueno saldría de esto para finales de año.
Al menos lo esperaba.
En fin, Weasley era de por si el menor de sus problemas.
Lo que le molestaba y le estaba irritando no era Weasley ni los Gryffindor, ni Ravenclaw ¡Ni siquiera los Hufflepuff!
Eran los Slytherin, sus propios compañeros de casa.
Desde esa maldita clase de pociones para la cena todos los Slytherin sabían lo que había pasado y no se contuvieron en expresar su descontento hacia Hadrian.
Snape lo había dejado claro y ahora tenia a toda la casa Slytherin en su contra. Lo trataban peor que a una sangre sucia ¡A él!
Cada vez que salía tenia que tener hechizos protectores y encantamientos para que nadie lo note hasta que llegue a las aulas o a la seguridad de su habitación.
Pero Hadrian sabia que lo peor no era los ataque fuera de la sala común, no. Hadrian sabia que seria peor si alguien lo acorralaba dentro de la sala común de Slytherin. Porque era bien sabido entre los Slytherin que había protecciones que evitaban que el director se entere que pasaba en la sala común, uno podía lanzarle un Crucio a otro y el director o el ministerio no se enteraría. Claro que no tenias que ser tan estúpido para lanzarlo con tu varita sino usando una de repuesto cosa que parece que nadie en Slytherin hace.
Era jueves, lo que significaba que le tocaba clases de vuelo con Gryffindor ¡Hurra! ¡Que emoción! Por que lo que mas quería en la vida era pasar dos horas con niños estúpidos que lo odian solo por no cumplir con sus estúpidas expectativas. No era culpa suya que sus padres les contaran historias que no se creería ni un bebé de un año ¡Salazar! Tienen que ser idiotas para creer que montó un dragón a los DOS años.
Aunque quedó claro que los magos no tienen ni un poco de sentido común.
Las lecciones de vuelo le eran indiferentes hasta ahora. Claro, eso podría cambiar y podría terminar odiándolas o amándolas.
Podría.
Pero Hadrian nunca se subió a una escoba en su vida y no le atraía para nada hacer el ridículo frente a los cachorros de leones o las serpientes bebés.
No era indiferente al ejercicio y por ende a los deportes, ya que a lo largo de su infancia practicó los deportes que llamaron su atención.
Incluso en una ocasión fue porrista por que le causo curiosidad. Para nada tenia que ver el uniforme que usaban con su decisión. Solo tenia curiosidad.
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Señor de la Luz
Fiksi PenggemarEl Señor de la Luz se acerca... Nacido de aquellos que debieron amarlo y lo despreciaron... Vendrá al mundo cuando el séptimo mes muere... El Señor de la Oscuridad será su igual y juntos al impostor derrotarán... Por qué el mayor será poder pero el...