Raiden
Mirando el techo recostado en el sillón esponjoso de mi sala, me cuestione si estaría bien salir a trotar con una leve lluvia de por medio.
No es que tuviera prisa, pero los reporteros por fin me dejaron en paz después de un mes de lo sucedido con la cancelación de la boda y quiero volver a mi rutina habitual.
La puerta de mi departamento se abrió y entro Cassian junto con su enorme dóberman.
-Voy a ir a trotar ¿nos acompañas? - me levante y salimos del edificio.
Por surte la lluvia se terminó a los pocos minutos y cuando regresamos al edificio, el cielo ya se estaba despejando.
-¿Hoy es la visita a la tienda comercial del centro?
-Si, será después de las 3 p.m. - suspire. -Solo echare un vistazo rápido y me iré de inmediato.
-Surte.
Entre a mi departamento y me di una ducha, cuando termine prepare algo rápido para desayunar y me dirigí a la empresa. Revise durante todo la mañana el informe semanal de todos los departamentos y después revise los miles de correos que tengo pendiente. Respondí lo más importante y dejé lo demás para después.
A las 3 p.m. mi secretaria entro y me aviso que era hora de que me dirigiera al centro comercial. Solo envié unas cuantas respuestas más y salí de la empresa.
-Bienvenido señor Donovan. - el gerente me recibió y mire el lugar.
Todo está en perfecto orden, los empleados cumplían con el protocolo y mire cada pasillo de la juguetería. El lugar no estaba muy lleno, pero si tenían clientes por atender.
Cuando pasamos por uno de los pasillos note a una chica de puntillas tratando de alcanzar un peluche de una luna. Me acerque y me coloque detrás de ella, alce mi mano y con facilidad tome el peluche.
-Aquí tiene. - un poco aturdida la chica se giró y me miro agradecida al notar el peluche en mis manos.
-Gracias. - le entregue el peluche y ella lo miro con una sonrisa. -Es bastante linda ¿no lo cree?
-Si, es linda. - bajo la cabeza y siguió mirando el peluche e hizo una mueca al ver el precio. -¿Algún problema? - avergonzada negó suavemente.
-Bueno, creo que vendré por el otro día. ¿podría volver a dejarlo en su lugar?
Tome de nuevo el peluche y estire mi mano para dejarlo en el lugar que estaba. Note como la chica lo seguía mirando y cuando se dio cuenta de que tenía mi atención, de nuevo me miro avergonzada.
-Gracias y perdón por molestarlo. Iré a pagar lo que me llevare. - asentí y ella se retiró.
Esto es extraño, no puedo quitarle los ojos de encima. A simple vista puedo decir que es mucho más joven que yo, tal vez se trate de una estudiante, pero es muy linda.
Mientras miraba su espalda me gusto el cómo su corto cabello rebota mientras camina. Su delgada espalda y su aroma fresco me hipnotizaron un momento.
-Señor, ¿seguimos? - miré al gerente de la juguetería y asentí, cuando volví a mirar el camino frente a mí, la chica ya había desaparecido.
Después de 10 minutos, salí de la juguetería y me dirigí a otra que está pisos más arriba. Al igual que la primera, todo está en perfecto estado y regrese al primer piso para retirarme.
Mientras bajaba las escaleras eléctricas recordé un libro el cual llamo mi atención y quiero leer, así que baje al segundo piso y entre a la librería. Le comenté a un empleado el nombre del libro y en menos de 5 minutos lo encontró por mí, pase a la caja y pague el libro.
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Una Promesa A La Luna
RomanceRaiden, un hombre adinerado, CEO de la empresa familiar. Desde antes de nacer era un hecho que no le haría falta nada, pero a sus 27 años ha descubierto que hay algo que desea tener y no será fácil de obtener. Celine, una joven estudiante de 17 año...