Capítulo 40

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Raiden

Mi padre está cumpliendo lo que dijo; no ha vuelto a hacer nada, pero aún así no he bajado ni un momento la guardia.

Lo mismo pasa con mi madre y hermana, han tenido los ojos sobre mi padre cuando está en casa y me informan cuando hace algo sospechoso, pero por suerte han sido cosas sin importancia.

Suspire y me relaje en mi silla. Aún queda un poco de trabajo, pero ya estoy muerto de cansancio.

No he podido ver a Celine en toda una semana. El plan para la nueva mercancía se complicó ya que la competencia de alguna manera logro obtener los bocetos aprobados de algunos juguetes y para no crear escándalos, todos los departamentos trabajaron como locos para la creación y administración de otros modelos.

Fue todo un campo de batalla, pero lo estamos logrando, mis empleados —sobre todo los de diseño— están trabajando hasta el cansancio para no cambiar la fecha de lanzamiento de los juguetes.

—En serio, esto de los juguetes no es nada fácil... No, de hecho, nada es fácil. — gruñí derrotado.

Cerré los ojos con el objetivo de descansar unos minutos, soy el único que queda en la empresa. Cassian casi suplicándome me pidió que lo dejara descansar después de no haber dormido más de dos horas durante una semana completa.

Ahora él está sobre su cama descansando y yo estoy aquí terminando el trabajo.

—Me lo merezco.

Abrí mis ojos encontrándome con el techo. Me siento realmente desesperado, nunca en mi vida me había sentido tan ansioso por algo y la culpable es Celine.

¡Necesito verla! ¡Olerla! ¡Besarla y escuchar su voz!

Pero es imposible hacerlo a las cuatro de la madrugada, además ella ha de tener muchos deberes y dentro de unas horas tiene clases.

Suspiré.

—Celine, te extraño.

Con un puchero en mi rostro, acerqué la silla al escritorio y volví a pegar los ojos a la computadora.

—Falta solo un poco y podre irme a casa.

Mis muchachos y muchachas se merecen un banquete por su buen trabajo. Le diré a mi madre y a Larissa que lo organicen, cuando esta pesadilla termine.

Con un suspiro cansado entre a mi departamento. Arrastrando los pies llegue a mi cama y me deje caer, de inmediato todo se nublo hasta que perdí la conciencia y por fin pude descansar.

Paso mucho tiempo, lo sé porque cuando despierto el sol aun no sale y ahora mismo puedo sentir ligeramente los rayos del sol calentar un poco mi piel. Con dificultad abrí los ojos, no fue fácil, todo es borroso, pero después de un tiempo parpadeando mi vista se aclaró.

Gruñí y estiré mi cuerpo, me di cuenta que estoy en bóxer. El último recuerdo que tengo es que solo me dejé caer en la cama al llegar, así que debí de quitarme la ropa en algún momento de la madrugada.

—No importa.

Espere unos minutos más y me levante de la cama. Me tambaleé en los primeros pasos, pero cuando abrí la puerta del baño mi equilibrio ya era perfecto. Solo moje mi cara y enjuague con agua mi boca. Mi estómago ruge ruidosamente, así que preparare algo ligero y me arreglare para ir al trabajo.

—¿Hum? — me detuve y olfateé. —¿Qué es? En verdad huele bien.

Tal vez mi madre vino y me está preparando algo después de verme moribundo en la cama.

Una Promesa A La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora