Capítulo 56

601 43 2
                                    

Raiden

Suspire cuando termine de revisar el reporte del departamento de finanzas, y me relaje por completo en mi asiento. Mire hacia el techo, han sido dos días muy pesados.

El señor Abbey dejo las quimioterapias, y Celine no lo está llevando bien. No sonríe, no habla mucho y tampoco sale de casa. El psicólogo nos dijo que le diéramos tiempo para que procesara las cosas, pero ese es el problema; ¿Cuánto tiempo exactamente?

El solo nos dijo que eso depende de ella, y el señor Abbey me dijo que hablaría con ella y la salvaría, porque el se niega a dejarla sin que ella pueda dejarlo ir. Decidí confiar en él, y ya que no quiere ver a nadie, nos hemos estado mensajeando por dos días.

Es difícil, pero tenemos que darle su tiempo y no presionarla. Estoy seguro de que ella lograra salir adelante, es fuerte, es una chica admirable y lo entenderá bien. No me imagino el dolor por el cual esta pasando, pero confió en ella. El señor Abbey ya estaba muy cansado con solo un mes y medio de quimioterapia y el me confeso que no quiere morir en la cama de un hospital conectado a aparatos que lo ayuden a seguir viviendo, pero a cambio le chupen su apariencia haciéndolo ver derrotado.

El señor Abbey quiere irse sabiendo que Celine luchara para seguir adelante, quiere irse después de haber hecho muchos recuerdos hermosos con su hija, el quiere dejar este mundo en su hogar, donde fue feliz con su esposa y después con su princesa. El quiere irse con una sonrisa, y con el aspecto con el que lo conocemos. Y sé que cuando Celine entienda eso, será más fácil para ella sobrellevar todo esto.

Mi secretaria me informo que mi tío quiere hablar conmigo, así que ahora lo tengo frente a mí. El me dio un apretón de manos y le pregunte como ha estado estos días que no lo he podido ver.

—En realidad vengo a hablar de tu padre. — mi sonrisa se borro y recargue mi espalda en mi silla. —Se que lo que hizo fue cruel, pero ya me estoy preocupando.

—¿Qué pasa? — no se nada de mi padre, no contesto sus llamadas y tiene prohibido entrar a la empresa y a mi edificio del departamento, pero mis tíos han estado viviendo en la mansión, son los únicos que lo han visto en todo este tiempo.

—Raiden, nos iremos el próximo fin de semana. — aclaro su garganta. —Pero Vicenta esta muy mal. — me miro con pena. —No quiero pedirte esto, pero solo habla con él una vez más. — no conteste y él suspiro. —Se la pasa bebiendo, todo el día está borracho en su estudio y creo que no se ha bañado en días.

—Mi madre fue a verlo. — el cerro su boca de inmediato. —Mi padre le lanzo una botella cuando ella se negó a seguir con su matrimonio, le grito perra mal agradecida. — si, el no sabia esto. Su expresión cambio a una de vergüenza y paso su mano por su cara. —Le dijo que es lo que es gracias a él y que no se arrepiente de haberla engañado mas de una vez en muchos de sus viajes de negocios.

—No puede ser...

—Se que el estaba influenciado por el alcohol, pero si mi madre no hubiera esquivado la botella, no me tentaría el corazón para meterlo a la cárcel por agresión. — me miro y asintió lentamente. —Y como dicen por ahí; Los niños y los borrachos, siempre dicen la verdad.

Fue así que entendí que las llamadas de mi padre no son para disculparse, sino para seguir echándome en cara que es mejor que yo y soy quien soy gracias a él. Saque una carpeta y la deje frente a él, mi tío la tomo y mientras leí su contenido, su expresión se decepcionaba cada vez más.

—Me demando. — suspire. —Iremos a corte, quiere que le regrese el control de la empresa. — dejo la carpeta en el escritorio y hecho la cabeza hacia atrás. —Si lo veo, él dolor y mi odio incrementaran y no creo que podamos resolver nuestras diferencias nuca.

Una Promesa A La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora