Celine
Baje del taxi y entre al edificio, pase tranquilamente y subí al ascensor hasta el piso del departamento de Raiden. Toque tres veces la puerta, y espere pacientemente.
Antes de venir aquí, fui primero a la mansión de los Donovan, salude a la familia y al no ver a Raiden les pregunte. La cara de asombro y confusión estaba en todos, y la mía fue la siguiente cuando me dijeron que Raiden regreso a su departamento muy temprano.
No tengo ni idea de porque Raiden no me dijo que regreso a su departamento o por qué no contesta mis textos ni llamadas desde ayer. Esto en verdad me está poniendo nerviosa, tengo miedo de que haga algo loco por todas las emociones por las que está pasando ahora mismo.
Toque al menos por dos minutos, la puerta se abrió y unos ojos azules sin brillo me observaron. La saliva se acumuló en mi boca, los ojos con los que me mira me hacen sentir intimidada, una sensación que Raiden nunca me había hecho sentir. Su rostro esta demacrado, por sus ojos rojos y bolsas negras debajo de ellos, puedo deducir que no ha dormido nada.
—Hola. — no contesto, solo siguió observándome. —¿Puedo pasar? — suspiro de una manera irritante y fruncí el ceño, en verdad está muy extraño.
Cerré la puerta detrás de mí, el camino dándome la espalda hasta el sofá donde se dejó caer y tomo una lata de cerveza. En realidad, hay muchas latas de cerveza tiradas alrededor y unas cuantas sin abrir sobre la mesita.
—Has bebido mucho. — exprese preocupada, él tomo de la lata y bufo.
—No me había dado cuenta. — contesto, la manera en que lo dijo me hizo sentir como si hablara con una idiota.
—¿Qué te pasa? — cuestione con un tono severo.
—¿Qué? ¿De qué hablas?
—Estas extraño.
—¿Extraño? — sonrió de manera cínica. —Este soy yo Celine, Raiden Donovan.
—Deja de hablar como si te estuvieras dirigiendo a una idiota. — aprete con fuerza mis labios unos segundos. —Se que eres Raiden Donovan, pero ahora mismo estas extraño.
No sé qué me dolió más; que blanquera los ojos o que tratarme como idiota le parece tan indiferente.
—Celine, lamento decepcionarte. — se puso de pie. —Siempre te he mostrado mi lado bueno. — bebió de la lata. —El hombre tierno con su novia. — arrogo la lata y me sobresalte cuando esta hizo un sonido al chocar con el suelo. —¡Pero este soy yo! ¡Deja de joder!
Se me helo la sangre y quería llorar, pero logre retener mis lágrimas y el abrió otra lata de cerveza.
—Yo.... — pase saliva y lo mire con mi pecho subiendo y bajando, agitado. —Hablemos cuando no estes ebrio.
—Te fuiste. — dijo. Estaba por llegar a la puerta, pero me detuve. —Me dejaste. — me gire lentamente sintiendo una punzada de dolor en el pecho. —Te fuiste y solo me enviaste un mensaje. — sonrió y bebió de la lata. —¿Qué paso con el...? — me miro. —Siempre para ti. — mordí mi lengua y bajé la mirada.
—Mi padre... — aprete los puños evitando que las lágrimas salga. —Mi padre estaba en el hospital.
—Lo sé, lo pusiste en el mensaje. — su tono era tan calmado, pero me hiere. Todo lo que está diciendo me golpea fuertemente. —Siempre tu papá.
Mi pulso se aceleró y sentí una sensación ardiente en mi pecho, él sabe la condición de mi padre y me está reclamando por haberlo dejado para ir con mi padre que fue hospitalizado. ¡¿Qué mierda le pasa?!
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Una Promesa A La Luna
RomanceRaiden, un hombre adinerado, CEO de la empresa familiar. Desde antes de nacer era un hecho que no le haría falta nada, pero a sus 27 años ha descubierto que hay algo que desea tener y no será fácil de obtener. Celine, una joven estudiante de 17 año...