♠️Capitulo 6♠️

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Emperadores y la princesa.

La princesa ha nacido y está noticia no se hizo esperar para llegar a los oídos de todo el pueblo incluso la noticia se expandió hasta los  Imperios más lejanos.

La princesa había nacido bien y se llevaría una celebración acabo por ello.

Todo después de que la Reina despertará.

Habían pasado 2 días desde entonces y aunque la reina se encontraba estable no despertaba y mantenía preocupados a todos.

- buenos días mi reina - saludo sovieshu a su mujer.

Leonor mantenía los ojos cerrados sin más.

- dile buenos días mami - acercó a su princesa a ella.

La cual solo mantenía sus ojitos fijos en su padre.

- me duele todo.....-susurro Leonor.

Sovieshu se sorprendió y mandó llamar al doctor.

- ¿puedo verla? - pregunto a su esposo.

Sovieshu asintió y se acercó con la bebé.

Ambos sonrieron al notar que la bebé tenía hebras doradas como su madre y los ojos del mismo color que su padre.

- se parece a usted, mi alteza - dijo Leonor sonriendo aún con dolor.

- igual a ti y ya sabes que cuando estamos solos solo tratame de ti no de usted - dijo Sovieshu con cierto desagrado.

Prefería que lo llamara por su nombre por que piensa que su reina no lo amaba.

El doctor real llegó, checando signos vitales y que no hubiera más sangrado tanto por la bala como por el parto decidió darla de alta.

- se mantendrá así por unos días, debe cerrarse la herida de ambos lados y alimente a su bebé tanto como usted -

El doctor le dio más indicaciones y una lista de alimentos que debe comer ahora.

- por el momento le sugiero que alimente a la bebé - fue lo último que dijo para retirarse.

Las damas de igual manera lo hicieron.

Sovieshu levantó el cuerpo de Leonor para recargarla contra la recargadera de la cama.

- déjame que te ayude - pidió Sovieshu para bajar un poco el vestido de Leonor.

Una vez sus pechos fueras le acercó a la bebé.

- ay eso dolió - se quejo un poco al sentir como la bebé mordía  sus pezones.

Sovieshu se preocupo pero luego vio como su mujer estaba llorando.

- duele pero es lo más hermoso que existe en toda mi vida -

Leonor acariciaba a su bebé con cariño y ternura.

Tenía mucho que no lo hacía.

- son lo más preciado en toda mi vida -

El rey se acercó a ellas para dejar un beso.

Su corazón saltaba de alegría.

La imagen de la familia con la que soñaba estaba enfrente suyo pero sus puños se cerraron al recordar lo que Rashta había hecho.

- debo dejarlas para encargarme de unos asuntos -

Leonor asintió aún con la mirada perdida en su bebé.

El Rey al salir pidió a una de sus damas que cuidara de ella.

En el camino se encontró con Heinrey y Navier que volvieron a visitarlos de urgencia cuando se enteraron de lo que Rashta había hecho.

Heinrey se dispuso a acompañarlo.

- Reyes no creo que se conveniente ir con ella, acaba de dar a luz en un embarazo prematuro - explicó un guardia corriendo hacia ellos.

Tanto Sovieshu como Heinrey quedaron congelados.

Aunque el guardia les haya dicho que profano su inocencia no quería decir que fuera verdad.

Corrieron rápido hacia la alcoba que la cambiaron debido a que una mujer no podía dar a la luz en los calabozos.

Rashta se lo tenía merecido pero no eran monstruos para dejarla ahí en un embarazo tan riesgoso.

Cuando llegaron la bebé había nacido y no se parecía en nada a su majestad.

- su bebé ha nacido - aviso rashta al Emperador.

Pero Sovieshu no sintió nada.

- tomaremos esto -

Heinrey sacó un poco de la saliva de la bebé.

La puso en un tubo y ambos salieron solo por eso habían decidido que se aliviará en el palacio.

Mandaron la prueba para que la analizarán.

- su presencia me molesta de tan solo pensar que reside bajo el mismo techo que ustedes -

Heinrey se quejó.

Sovieshu se carcajeo.

- lo se pero una vez que los estudios lleguen ella no tendrá nada que hacer aquí - respondió.

Caminaron de regreso a las alcobas de sus esposas.

Cada uno se separó y aunque no había sido mucho tiempo si Tardaron llegando a donde se encontraba.

- he vuelto mi reina!! - anunció su llegada pero se encontró con una escena sumamente tierna.

Su reina estaba dormida con su bebé.

- prometo que ya nadie se va a interponer entre nosotros - susurro cerca de ambas.

El Emperador camino alrededor para poder cobijar a sus dos princesas.

Coloco la sábana encima de ellas.

El cielo se veía alumbrado por un hermoso cielo estrellado y una luna grandiosa.

Acercó una silla a su escritorio y se dispuso a arreglar algunos papeles pendientes que con tanto alboroto no logró terminar.

Se quedó velando el sueño de su familia.

Haría lo que fuera por la felicidad de ambas.

La verdadera Emperatriz / Sovieshu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora