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Año 2006

– ¿Una colaboración? ¿Es acaso esto la trama cutre de alguna historia de niñas?

Rohan alzó una ceja, mirando incrédulo a uno de sus editores. El hombre le dedicó una sonrisa, más por educación que por verdadera ilusión por el proyecto, al fin y al cabo, quien iba a tener más trabajo iba a ser él y no el mangaka.

– La editorial a propuesto que, ya que has terminado hace poco un one-shot y por el momento no tienes ningún proyecto pensado, hagáis una colaboración tú y otra mangaka. Ella está ahora mismo en un viaje de investigación por Europa, pero en cuanto termine no tiene problemas en instalarse en Morioh para empezar el trabajo — explicó, dándole un pequeño sorbo a su café.

– Me niego — dijo Rohan, cruzándose de brazos —. Estoy dispuesto a ayudarla a investigar algo para su manga si es lo que necesita, pero no voy a hacer ninguna colaboración con nadie. Mis mangas en solitarios son más que exitosos.

– Mira, Rohan-sensei — el hombre borró su sonrisa, harto ya de su trabajo —. Esto no es cuestión de sí o no. Últimamente la editorial en general ha perdido muchos lectores a pesar de que la calidad no ha bajado ni un poco. Necesitamos un 'boom', y lo mejor para eso es juntar a los mejores mangakas que tenemos en una sola obra colaborativa. Ya hemos anunciado que haréis la colaboración. No podemos echarnos para atrás. Si se niega, nos aseguraremos de que no pueda volver a trabajar en esta o en cualquier otra editorial.

Ambos se miraron, e inmediatamente el editor notó la mirada asesina del mangaka por sus palabras, que habían sido más duras de lo que pretendía en un principio. Es más, pudo notar como incluso sus brazos se habían tensado.

– No tiene que ser más de un par de capítulos. Hemos anunciado la colaboración, pero no sobre que trataría el manga — intentó corregirse, aun manteniendo el tono serio para no parecer que se estaba echando para atrás —. Ella tampoco parece estar muy cómoda con la idea, así que ya tenéis algo en común.

– ¿Y quién es con "esa" que voy a trabajar? — preguntó con antipatía Rohan, soltando de forma despectiva el pronombre, como si ya le cayera mal antes de comenzar a trabajar con ella.

– Te pasaré todo lo que necesitas saber luego, porque a "ella" le está tomando más tiempo decidir entre su trabajo o la colaboración.

El editor dejó el dinero sobre la mesa de la cafetería donde habían estado tomando café, y con una simple disculpa por 'tener que seguir trabajando' se fue del lugar. Rohan resopló, pero tuvo poco tiempo para lamentarse cuando sintió una presencia a su izquierda. Apenas miró de reojo reconoció a Koichi, quien miraba con algo de preocupación al mangaka.

– ¿Se encuentra bien, Rohan-sensei? — preguntó, con algo de aprensión por la reacción de él — Lo siento, escuché parte de la conversación. No debió de ser tan duro con usted.

– Ese estúpido editor parece que aun no sabe con quien está hablando — se limitó a contestar, también levantándose de su asiento —. Vamos a ver quien es la dichosa que me van a poner de compañera. Seguro que puedo sacar material de su inutilidad para alguna serie.


·····


– Estúpido editor, estúpida editorial, estúpido sol, estúpido calor, estúpido todo — decía la mujer mientras se ajustaba la gorra, intentando que el sol dejara de darle directamente en la ya quemada cara.

– No deberías de quejarte tanto, Kairi — dijo el guía, que sonrió con diversión por el comportamiento de ella.

– En ningún momento te di permiso para tratarme por mi nombre — espetó, pegándose en cuanto pudo a una pared que le daba apenas un centímetro de sombra para descansar un poco —. ¿Por qué demonios hace tanto calor en este país?

– Ya te dije que solo es en esta zona del país, Azami — pronunció su nombre en tono burlón, disfrutando un poco de su expresión molesta —. Además, aquí también se llama a la gente por el nombre — le pareció que ese último comentario lo ignoró, así que siguió como si no lo hubiese dicho — ¿Tienes que hacer obligatoriamente esa colaboración?

– Básicamente ha insinuado que si no lo hago, se aseguraran de que ninguna editorial quiera contratarme por mi poca cooperación con los demás. Sobra decir que también me despedirán — contestó, sacando de su mochila una gran botella de agua de la que bebió un buen trago —. Además, ya lo han anunciado como si hubiese aceptado, así que también afectaría a mi imagen el negarme ahora.

– ¿Y no se supone que los mangakas tenéis ayudantes y que eso de la cooperación ya os viene de fábrica? — al ver la mirada molesta que le lanzaba la fémina, abrió los ojos con sorpresa — ¡¿No tienes ayudantes?! ¡¿Cómo entregas entonces los plazos a tiempo?!

– ¿Por qué crees que tengo estás ojeras? Siempre voy rozando la fecha límite — está vez habló en tono orgulloso, pues era algo de lo que podía "alardear" —. Pero supongo que es algo que ahora me está pasando factura. ¿Puedes echar una foto del paisaje mientras que yo evito que me de un golpe de calor?

– ¿Y con quien vas a colaborar? — acató su pedido (que sonó más como una advertencia), y escuchó un resoplido agotado.

– Con el que tiene encantado a la editorial. Por lo que se ve ese si que entrega su trabajo a tiempo a pesar de estar en un pueblo perdido de la mano de Dios — ahora suspiró, apoyando la cabeza en la pared —. He de admitir que sus obras son muy buenas. Sus personajes son extremadamente realistas. Parece como si él mismo hubiese vivido esas historias.

– En todo lo que llevamos de viaje es la primera vez que te escucho admitir que alguien es bueno en algo.

– He admitido muchas veces que las comidas de aquí son increíbles. ¿Eso no te vale?

Escuchó reír al hombre, y Kairi se separó del incómodo centímetro de sombra para tomar de una vez su cuaderno que colgaba en su espalda junto con un lápiz de su bolsillo. Se sentó en un muro bajo y empezó a dibujar la hermosa construcción que había delante de ella, o bueno, si hubiese conseguido completar el camino estaría aun más cerca, pero necesitaba ese descanso o se le caerían las piernas. Luego podría hacer otro dibujo desde una perspectiva más cercana. Sin duda esa podría ser una buena fuente de inspiración para sus obras.

– Cuando bajemos quiero que me lleves a un buen bar para poder comer ese plato del otro día... ¿Cómo se llamaba?

– ¿Flamenquines?

– Eso, y también el que comimos ayer.

– ¿Salmorejo? — soltó una risa divertida, por lo que recibió una otra mirada molesta — ¿Es que acaso te quieres grabar a fuego todos los sabores del país?

– Cuánto mejor conozca la experiencia, mejor lo puedo plasmar en mis obras. Quien sabe si el día de mañana estoy dibujando un manga sobre cocina.

Quien sabe lo que puede pasar el día de mañana. Esa frase se quedó en su mente, rebotando en las paredes de su cerebro. Siempre solía tener bien planeado todo, pero con aquel incidente, estaba segura de que su mundo se pondría patas arriba, aunque lo que no se esperaba era de la forma en que lo hizo.

𝓒𝓸𝓵𝓵𝓪𝓫𝓸𝓻𝓪𝓽𝓲𝓸𝓷 | ᴋɪꜱʜɪʙᴇ ʀᴏʜᴀɴ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora