𝟕

302 36 1
                                    

 – Ha pasado la primera hora — comentó Yoma, girando su cabeza para mirar a la mujer tirada en el césped a su lado —

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 – Ha pasado la primera hora — comentó Yoma, girando su cabeza para mirar a la mujer tirada en el césped a su lado —. ¿Qué hueso será el que menos te hará sufrir?

Kairi se encontraba tirada boca abajo a un lado del acantilado donde estaban. Su pelo cubría sus ojos, sin dejar ver su expresión completa. Solo se podía distinguir las finas líneas de sangre que caían desde los orificios de su nariz y su pelo manchado de un color más rojizo del que debería, además de su mano derecha morada. Yoma había devuelto el brazo a su sitio, pero aun así, moverlo era sentir como volvía a crujir cada fibra de su hueso de unas maneras que no sabían que eran posibles. No estaba inconsciente, pero tampoco tenía todos sus sentidos al 100%, seguramente tampoco estarían al 50%. Si le dijera que ahora mismo podía irse, a pesar de tener las piernas intactas, no alcanzaría ni a ponerse en pie.

– No puedo romperte la otra mano. La necesitas para trabajar. Creo que algún hueso del pie será lo más idóneo — dijo, más para sí mismo que para la mujer, acercándose a su pierna y tomándola, empezando a hacer presión sobre el pie, esperando que algún hueso se quebrara.

– No creo que haga falta... — soltó la fémina, acompañado de un quejido por el dolor.

El hombre levantó la mirada, viendo como la persona a la que buscaba trotaba hacia él. Soltó un pequeño ruido desde su garganta, como si estuviera satisfecho, antes de cerrar con fuerza su puño sobre el pie de ella, sonando diversos crujidos. Kairi soltó un grito de dolor, antes de que su otro pie intentara darle una patada. Él la detuvo sin tan siquiera molestarse en girar su cabeza para ver donde iba el golpe, y vio como Rohan aceleraba su paso, entrando ya en una carrera rápida.

– ¡Eso era más de un hueso! ¡Joder! — afirmó la mangaka antes de volver a apoyar la cara en el suelo para reprimir sus lágrimas sin éxito mientras empezaba a soltar una serie de insultos y menosprecios no muy amistosos.

Yoma la ignoró, y caminó hacia el que sería su contrincante en unos momentos. Cuando estuvieron a unos metros el uno del otro, Rohan le miró furioso, sin duda por el acto que acababa de hacer.

– No habías llegado aun, y es difícil calcular como romper un solo hueso en un pie — se limitó a decir, antes de que el contrario pasara de largo para atender a su compañera.

Se giró para mirarles, viendo como él le levantaba el rostro y la sentaba con cuidado. Aparte de las evidentes manchas rojas, tenía unos hematomas bajo los ojos, seguramente por el golpe en la cabeza que le había dado anteriormente. Ella lo tomó de la nuca y acercó su rostro a su cara para susurrarle algo en el oído, y después se dejó caer sobre él. Parecía que por fin había quedado inconsciente.

– Te puedes hacer una idea de lo que vamos a hacer, ¿verdad?

Rohan dejó con cuidado a Kairi sobre el césped, y miró aun más molesto a Yoma.

Estaban en un acantilado, y a pesar de que Rohan no lo tenía confirmado, estaba seguro que era el más alto que habría en Morioh. Al borde de este, se hallaban dos cintas de correr conectadas a un generador eléctrico, y entre ellas, había una mesa con un mando.

𝓒𝓸𝓵𝓵𝓪𝓫𝓸𝓻𝓪𝓽𝓲𝓸𝓷 | ᴋɪꜱʜɪʙᴇ ʀᴏʜᴀɴ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora