𝓒𝓸𝓵𝓵𝓪𝓫𝓸𝓻𝓪𝓽𝓲𝓸𝓷 | ᴋɪꜱʜɪʙᴇ ʀᴏʜᴀɴ |

𝟓

 – Muy buena presentación, sí señor.

Iwa aplaudió sarcásticamente cuando por fin consiguió ubicarse luego del puñetazo de Black Keys, no porque hubiese sido verdaderamente fuerte, sino por la sorpresa de que hubiese manifestado su stand en aquel momento. Ahora todo su trabajo sería mucho más difícil, pero no por ello significara que no lo iba a completar.

– Aunque déjame recordarte un pequeño detalle — prosiguió —. Undercover puede petrificar todo lo que toca. Si toco a tu stand, significará también Game Over para ti.

– Y a mi déjame recordarte otro pequeño detalle — dijo Kairi, segura de sí misma. Su sonrisa se agrandó, y rompió su pose para hacer que su stand dibujara con una velocidad sorprendente un escudo rectangular, similar a los que llevaban la policía para que la transparencia de este le permitiera ver lo que pasaba a través de él. Le sorprendió que, cuando cayó en su mano, pesara tanto como un escudo real, y que de verdad fuera transparente a pesar de haber sido dibujado con tinta. Solo esperaba que la humedad del ambiente no arruinara su plan para salir de esa -, mi stand es perfecto para machacarte porque crea cosas inertes, y si mis ojos no me fallan, solo petrificas aquello que está vivo, y no cosas inertes como es el trozo de chaqueta que has arrancado. Además, tienes que tener un contacto directo. Si mi hipótesis no falla, también cuenta como contacto directo el haber petrificado algo, y que después esa piedra toque algo vivo. ¿Me estoy saltando algo? Creo que no.

Según iba hablando, vio como la cara del varón se fue poniendo cada vez más roja de la furia por prácticamente haber leído su stand como si fuera Heaven's Door. Para cuando terminó su monólogo, él estaba dando pisotones furiosos, similares a los de un niño que tiene una rabieta.

– ¡Te vas a enterar! ¡Me da igual lo que haga tu stand! ¡Te voy a machacar igualmente! — gritó, ahora clavando el papel de niño enrabietado por no haber conseguido lo que quería — ¡En cuanto acabe contigo voy a darme la mejor vida que nadie habrá podido tener! ¡Me pagaran tanto que no tendré que pensar nunca más en trabajar o en ofertas de súper mercado!

– ¿Quién te ha prometido esas cosas? — preguntó la fémina, colocándose en posición de guardia con el escudo.

– ¡No te importa! ¡Dentro de poco solo serás otro trozo de piedra partido en fragmentos tan pequeños que para unirte de nuevo tendrán que encontrar un stand solo para eso! — un rápido pensamiento cruzó por la mente de la mangaka a modo de "tranquilizante", ya que si existía un stand para eso, y estaba de su lado hasta donde sabía.

Iwa tomó el trozo de árbol que había petrificado anteriormente y lo arrancó de cuajo, lanzándoselo a ella con todas sus fuerzas. Kairi se protegió del pedrusco con el escudo, y retrocedió un par de pasos. Había sido un error meterse al bosque. Ese lugar estaba lleno de vida, y si tan solo un pequeño guijarro la tocara, estaría muerta en menos de lo que canta un gallo.

– ¡Ahora, Black Keys!

El stand se adelantó a ella, y mojando la pluma repetidas veces, creó un muro de unos dos metros y medio de alto hecho con ladrillos de construcción en unos diez segundos. Había sido una suerte que tuviera el factor de la sorpresa y que el otro no supiera exactamente de lo que era capaz su stand, sino, seguramente se habría lanzado a atacar. Aquello por lo menos le daría tiempo para huir a campo abierto. De esa forma también Jotaro podría localizarla más rápidamente. No perdió el tiempo y se alejó lo más rápido que pudo de ahí.