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Josuke estaba tranquilamente jugando videojuegos en su nuevo hogar

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Josuke estaba tranquilamente jugando videojuegos en su nuevo hogar. Recientemente había conseguido el dinero necesario para por fin independizarse, aunque eso no dejaba de lado que siguiera viendo de una forma muy frecuente a su madre, quien se solía pasar por su casa para dejarle algo de comida o saber como le iba a su hijo.

Es por eso que cuando fue a abrir la puerta luego de escuchar el repetido piqueteo no esperaba ver a Rohan cargando el cuerpo mojado y sangrante de una mujer que desconocía. Esta, tenía una herida abierta en el abdomen que estaba siendo tapado torpemente con lo que parecía alguna prenda de ropa ya imposible de volver a usar.

– ¡Sálvala y luego llama a Jotaro! — le gritó nada más ver su rostro.

– ¡¿Pero se puede saber que narices pasa?! ¡¿Qué le ha pasado a esta mujer?! — le respondió, más bien interrogándole.


·····


El dichoso día donde ambos mangakas se conocerían llegó. Rohan fue recogido en la puerta de su nueva casa por el editor (su anterior hogar la había vendido para comprar unas montañas que ya había usado como inspiración para una obra, y que con un poco de suerte le servirían para algo más), como si el hombre temiera que el mangaka no fuera a recibir como es debido a su nueva compañera.

– Azami Kairi — pronunció Rohan, leyendo la contraportada de uno de los tomos que le había enseñado el editor —. He de admitir que tiene trabajos interesante, pero no es exactamente el mismo estilo en el que yo dibujo.

– Podéis encontrar un estilo intermedio en el que os sintáis cómodos los dos. Eso lo hablaréis cuando os conozcáis — habló en tono borde el otro. Él era quien había estado en medio de ellos todo el rato, y ya estaba harto de la actitud orgullosa de ambos.

Estaban caminando hacia la estación de Morioh cuando Rohan por fin se digno a mirar el nombre de la mujer con la que compartiría estudio durante los siguientes meses. Se sorprendió bastante al ver que no era una cualquiera y que de verdad era alguien reconocida. No parecía estar afiliada directamente a un género, sino que parecía haber dibujado un poco de todo. Aquello llenaba de intriga a los fanáticos de sus obras por no saber que es lo próximo que podía sacar. Una chica curiosa cuanto menos, pero eso era todo lo que podía captar la atención del mangaka a simple vista.

– Yo me tengo que ir ya. Tengo una reunión con los demás editores. El próximo tren es el mío — informó el hombre, de nuevo sonando más como una excusa que como un verdadero lamento —. Ella debería de haber llegado hace cinco minutos. La reconocerás en cuanto la veas.

Ni siquiera le dio tiempo a preguntar el por qué de aquellas palabras antes de que el editor desapareciera de su lado. Anduvo alrededor de la entrada de la estación de tren, esperando encontrar a una mujer que llamara la atención por su apariencia o su personalidad, sin embargo, se encontró con algo menos aparatoso.

𝓒𝓸𝓵𝓵𝓪𝓫𝓸𝓻𝓪𝓽𝓲𝓸𝓷 | ᴋɪꜱʜɪʙᴇ ʀᴏʜᴀɴ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora