Una simple colaboración en contra de la voluntad de ambos para evitar echar sus nombres a perder.
¿Qué es lo peor que puede pasar?
- Jojo's Bizarre Adventures no es de mi propiedad. Hago esta historia sin fines de lucro y como mera diversión
- La i...
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Kairi ojeó el periódico tranquilamente mientras caminaba, centrándose específicamente en la parte donde se hablaba sobre como el primer capítulo de su manga en conjunto con Rohan había arrasado. Se permitió una sonrisa por el logro, aunque por otro lado se sintió insegura. Seguramente aquellos que la intentaron asesinar también sabrían que estaba viva. Usaba su nombre real para firmar sus obras, incluso en cualquier dibujo que hiciese por si a algún gracioso se le ocurría intentar robárselo y sacarlo como suyo. A menos de que aquella señora tuviera un problema de visión peor que el suyo, habría visto su marca de identidad en todos y cada uno de los dibujos que miró.
Chocó de frente contra algo, así que finalmente se dignó a levantar la mirada del artículo para mirar algo molesta con quien se había topado. Para su sorpresa, fue un rostro familiar.
– Oh, Azami-sensei — dijo la chica, un par de años más joven que ella, con una pequeña sonrisa —. Que alegría verla, ¿se encuentra ya mejor?
La mayor se quedó unos segundos mirándola, intentando recordar su nombre.
– Perdón, que maleducado de mi parte — la contraria rió un poco —. El otro día no me presenté adecuadamente. Soy Yamagishi Yukako, la prometida de Koichi, así que dentro de poco seré Koichi Yukako...
La mangaka observó como la azabache cavaba su propio agujero de emociones, donde no dudó en tirarse de cabeza para comentar lo emocionada que estaba por aquello. No la recordaba tan extrovertida a pesar de no haber hablado con ella.
– Ah. ¿Entonces te importa que te llame simplemente Yukako? Soy muy mala para los nombres, y si te vas a casar dentro de poco no tiene mucho sentido que te empiece a llamar por tu apellido actual.
– ¡Claro que no! Aquí todos nos tratamos por el nombre, así que no habrá ningún problema — afirmó la azabache —. ¿Hacía donde iba? Puedo acompañarla si quiere.
– Volvía a la casa de Rohan-sensei. He perdido cuando hemos echado a suertes quien iba a comprar más tinta, así que me ha tocado ir a la papelería y me he desorientado un poco. ¿Y tú?
– Vengo de hacer unos recados — contestó, empezando a caminar a su lado a pesar de que inicialmente iban en direcciones contrarias —. Supongo que no debería sorprenderme el encontrarme contigo, es lo común.
– ¿Cómo qué es lo común?
– Los usuarios de stand se atraen de manera natural. Tarde o temprano te acabas encontrando con uno, y más si viven en el mismo pueblo. ¿No se lo habían comentado?
Ambas siguieron hablando (más bien Yukako daba conversación mientras Kairi respondía con monosílabos) mientras caminaban. Al rato, entraron a un parque el cual debían atravesar si querían acortar camino, y tras haber caminado un par de metros, la mangaka observó algo que le llamó la atención entre los árboles del lugar, produciéndole un escalofrío.