𝟏𝟓

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— Mi nombre es Azami Kairi. Es un placer conoceros a todos — dijo la adolescente de cabello cobrizo, haciendo una formal referencia a sus nuevos compañeros de clase.

Por lo que Rohan había entendido, parecía que en aquel momento de su vida Kairi tenía alrededor de 17-18 años. Las paredes que había alrededor de la puerta por la que había accedido a aquel recuerdo eran de un cemento liso y pintado de blanco. Parecía una época tranquila.

Tras la presentación, las clases siguieron de forma normal, así que salió por la otra puerta que conectaba con el aula.

Por lo que intuía, las puertas (a excepción de la cual había usado para entrar al recuerdo) conectaban con los demás recuerdos, lo que hacía más fluido el viajar entre ellos.

El siguiente lugar donde apareció era en una zona comercial, donde Kairi estaba mirando el escaparate de una tienda de música. Como cuando era pequeña, miraba un disco de Eurythmics en vinilo, aunque esa vez fue ella quien volvió a retomar el paso sola.

El mangaka volvió a entrar por otra puerta, esta vez apareciendo un un piso de espacio muy reducido. En una misma sala estaban la cocina, el salón, el tendedero y un futon, como si alguien durmiera allí. Esta conectaba con tres puertas. Dos de ellas cerradas, y la otra estaba siendo abierta por Kairi, quien hablaba diciendo el típico 'ya estoy en casa'.

Una anciana se levantó del sofá, apoyándose en su bastón para recibir con los brazos abiertos a la de pelo cobrizo. Era la misma mujer que acompañaba a la Kairi niña, solo que ahora si que parecía estar afectada por la edad.

Si te fijabas bien, el bastón temblaba un poco por el pulso de ella, e iba bastante encorvada. Su rostro amable estaba lleno de arrugas y su pelo blanco ni siquiera estaba bien recogido en el moño.

— Bienvenida a casa, cielo — saludó con una sonrisa, intentando acercarse a ella, pero la menor fue más rápida, y la sostuvo de los hombros para volver a sentarla en el sofá.

— Abu, te dije que no desempacaras sin mi — protestó la adolescente, observando como también su abuela había hecho el resto de labores de la casa sin ella.

— No es nada difícil. Que este un poco mayor no significa que no pueda hacer nada — se defendió ella, antes de escuchar un suspiro por parte de Kairi —. Dime, ¿has ido a la editorial?

— Sí que he ido. Me han dicho que necesito mejorar algunas cosas, pero que si lo hago a tiempo me puedo presentar al concurso que organizan. Si gano, tendré más oportunidades de empezar mi propio manga, entonces podrás vivir más holgadamente...

La menor se arrodilló delante de la mesa del salón para empezar a sacar unos cuadernos con sus deberes, y notó como colocaban una mano sobre su cabeza y empezaban a acariciarle su cabello, justo como a su abuela le había gustado siempre hacer para no tener el pelo echo un lío, por lo que lo tenía mucho más liso y ordenado que cuando era adulta.

𝓒𝓸𝓵𝓵𝓪𝓫𝓸𝓻𝓪𝓽𝓲𝓸𝓷 | ᴋɪꜱʜɪʙᴇ ʀᴏʜᴀɴ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora