Por segunda vez esta semana corría por toda la casa al notar que estaba retrasada y que si no encontraba la maldita libreta volvería a llegar tarde.
Estos días con Lisa se convirtieron en un gran "olvida todo lo que tienes que hacer", la lista que se encontraba pegada en el refrigerador fue totalmente ignorada, logrando que luego del cuarto día ella recomendara quitarla, argumentando que demasiada organización terminaría afectando mi vida a largo plazo, con lo cual estaba completamente de acuerdo, solo que no encontraba la forma de frenarlo.
Luego de tomar algo de dinero y colocar mi chaqueta bajé de forma apresurada por las escaleras, si continuaba repitiendo esta acción algún día terminaría con el rostro estrellado en el suelo.
En esta ocasión ella se encontraba recostada en el sofá, la noche anterior ordenamos comida a domicilio y a ambas nos sentó demasiado mal, agradecía que al despertar me encontrara mucho mejor en comparación a cuando logré dormirme.
Al parecer Lisa no obtuvo la misma suerte, sus brazos se encontraban rodeando su estómago mientras su cuerpo estaba recostado de lado sobre el gran sofá. En la pantalla frente a este se proyectaba una vieja película que era completamente ignorada por ella. Cuando sintió mis pasos rápidamente se incorporó.
-¿Te encuentras bien? he visto como estabas hace apenas unos segundos.
-Si.. no es nada, un tonto dolor de estómago, lamento no haber preparado el desayuno esta mañana.
-No tienes que disculparte- ocupé el asiento a su lado, llevando una de mis manos a su frente, buscando tomar su temperatura, al parecer todo se encontraba en orden- ¿necesitas que me quede aquí esta tarde?
-Claro que no, no puedes faltar a tu trabajo por esta tontería- ¿una tontería? ¿que tal si algo le sucedía?
-Es sábado, no hay mucho trabajo, solo tengo que hacer una llam-
-No, realmente no es necesario, puedo cuidarme sola.- desistí, era una discusión que no ganaría.
-¿Has pensado en lo que hablamos ayer?
Mientras ambas cenabamos el delicioso pero muy peligroso alimento propuse la idea de salir a algún sitio para celebrar su cumpleaños, el cual también tomaría como excusa para ir de compras. A pesar de que mi ropa en ella no lucía mal estaba segura de que se sentiría mejor si utilizara algo de su estilo.
-No lo sé Jennie, no me gusta celebrar mi cumpleaños, es simplemente un día más.
-Simplemente saldremos en la tarde, es mi día libre y no quiero pasarlo en casa ¿de esa forma dirías que si?- colocó una mueca en desacuerdo y empujé levemente mi hombro contra el suyo, haciendo que finalmente soltara una pequeña risa.
-No puedes usar la táctica de la mirada de perrito mojado todo el tiempo, eso es aprovecharse de mi vulnerabilidad.
-Eso es mentira, en todo caso la que utilizó esa táctica cuando nos conocimos fuiste tu.- recordé por un momento la imagen de la chica.
-Ok entiendo, tu ganas , aceptaré acompañarte, solo si prometes no gastar tu dinero en algún tonto obsequio. – estaba a punto de contestar que no era una promesa que pensaba cumplir, cuando el sonido de golpes en mi puerta lo impidió.
Observé el reloj y si mis cálculos eran correctos solo una persona se presentaría a estas horas de la mañana, al abrir la puerta confirmé mis sospechas.
-Jennie Kim ¿puedes por favor contestar tu maldito teléfono?, he intentado contactarte por mas de veinte minutos, creí que estabas muerta.
-No seas extremista, sabes que nunca estoy pendiente de ese horrible aparato.- su mirada se dirigía sobre mis hombros, antes de que llegara a observar mas de lo debido incliné la puerta unos centímetros.
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Play of Fate- Jenlisa
FanfictionUn año después del accidente que cambió su vida, Jennie decide enfrentarse a uno de sus más grandes miedos. ¿Que pasará cuando esa misma noche una extraña se atraviese en medio de la carretera y cambie por completo sus planes? -Historia original. -S...